EcoHabitar

EL PORTAL DE REFERENCIA EN BIOCONSTRUCCIÓN

Adaptación profunda al imparable cambio climático

Un mapa para navegar por el escenario de la emergencia climática.

El domingo 14 de abril de 1912, seis naves informan por radio de la presencia de icebergs en las aguas heladas del Atlántico Norte por donde navega el Titanic. El capitán y la tripulación no lo tienen en cuenta y siguen su rumbo a la misma velocidad hasta que a media noche colisionan con uno de ellos. Los pasajeros que cenan, duermen o se aman, ignoran que en menos de 3 horas su barco se hundirá irremediablemente. De haberlo sabido con tiempo ¿habrían instado al capitán a cambiar radicalmente el rumbo?

El cambio climático es nuestro inminente iceberg y ¿lo sabemos? Los más crédulos han oído sobre los cambios no lineales del clima (sequías e inundaciones severas, incendios masivos o el deshielo de Groenlandia) y sus profundas consecuencias (acidificación del océano Atlántico, la Sexta extinción masiva de especies, la pérdida de la mitad de la biomasa de insectos o cientos de miles de refugiados climáticos que huyen de sus países en emergencia por los efectos del calentamiento).

Los más incrédulos han escuchado al Papa Francisco declarar que “la crisis ecológica actual, especialmente el cambio climático, amenaza el futuro de la familia humana y esto no es una exageración. Ante tal emergencia climática, debemos tomar las medidas oportunas para no cometer una grave injusticia con los pobres y las generaciones futuras“.

Y todos conocemos muy bien a esa niña con trenzas que desde el verano de 2018 simboliza la movilización de estudiantes de todo el mundo que protestan por el planeta que van a heredar a causa de la inacción social y política en la lucha efectiva contra el cambio.

Visibilizar el antropoceno

En menos de una década hemos pasado de hablar de la prevención y mitigación del calentamiento global, a que muchos países como España declaren la “Emergencia Climática”. Mientras, los pasajeros del siglo XXI seguimos con los mismos progresos, con los mismos consumos y con la mirada puesta en la punta de nuestro iceberg. ¿Podremos cambiar el rumbo de nuestro inminente destino?

Existe un sesgo cognitivo entre el modo de vida productivo y consumista de una parte de la humanidad, los Acuerdos de adaptación al clima que esbozan los políticos a corto plazo, los informes de la comunidad científica sobre la crisis climática y los límites biofísicos del planeta Tierra.

Ese sesgo también es temporal y se basa en la idea de que aún disponemos de tiempo para mitigar el cambio climático, concretamente 10 años. Si para entonces no lo hemos logrado ¿qué pasará con la civilización?

“Adaptación profunda: un mapa para navegar la tragedia climática” es un artículo publicado en 2018 por el profesor de la Universidad de Cumbria, Jem Bendell, que da respuesta a estas y otras preguntas relacionadas con el punto en el que se encuentra el clima y el imparable ritmo de su cambio.

Adaptación profunda

Niveles de cambio climático perturbadores e incontrolables

Bendell se tomó un año sabático para revisar la literatura científica sobre el clima y su estado, y los datos que halla le llevan a concluir que “estamos ante unos niveles de cambio climático perturbadores e incontrolables”, por lo que en vez de trabajar sólo con la esperanza de frenarlo, debemos de incluir la suposición de cómo responder ante un “escenario de colapso social a corto plazo inducido por causas climáticas”.

Evidencias

Las evidencias que Bendell pone sobre la mesa para corroborar su argumento, también señalan que los impactos asociados han sido significativos especialmente en los últimos años y preocupantes en 2018:

  • Las temperaturas globales aumentaron en un promedio de 0,9° C desde 1880. Si esta tendencia continúa, la temperatura global aumentará entre 3º C y 5º C para el año 2100 (ONU).
  • La estimación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) para evitar el calentamiento en 2 ºC, se contradice con la estimación científica de que el CO2 existente en la atmósfera ya debería producir un aumento de la temperatura ambiente global de más de 5 °C.
  • Diecisiete de los dieciocho años más cálidos en el registro de 136 años, ocurrieron a partir de 2001 (NASA/GISS).
  • El calentamiento más incipiente es el del Ártico con un aumento de 3 °C desde 1900; y a principios de enero de 2018 se registró una temperatura de 20 °C por encima del promedio para esa fecha (Aaron Morrison) y su deshielo total lo presenciaremos en esta década (Peter Wadhams).

Más evidencias

  • El ascenso del nivel del mar ha sido de 16-21 cm de 1900 a 2016. En las últimas dos décadas se ha acelerado con un aumento total de más de 80 mm desde 1993 (Malmquist).
  • El Océano Atlántico ha absorbido un 50% más de dióxido de carbono que en la década anterior, acelerando la acidificación del océano y la pérdida de especies (Woosley).
  • El 50% de todas las especies de plantas y animales en los lugares con mayor biodiversidad del mundo están en riesgo de extinción debido al cambio climático (WWF).
  • La sequía ha reducido el rendimiento de los cultivos en al menos un 2% por década durante el siglo pasado. Las cosechas de trigo en Europa se redujeron en 6 millones de toneladas en 2018 (Asociación Europea de Comerciantes de Cereales).
  • El Banco Mundial informó en 2018 que los países debían prepararse para más de 100 millones de personas desplazadas internamente debido a los efectos del cambio climático, además de millones de refugiados internacionales en 2050.

Futuros escenarios climáticos

Estos datos cuestan de digerir y mucho más de visualizar. En la red se encuentran algunos recursos para imaginar futuros escenarios climáticos, como “Climate Central” que ofrece en sealevel.climatecentral.org, mapas interactivos e imágenes simuladas de EE.UU. que muestran a ciudades afectadas por la subida del mar tras el calentamiento de las temperaturas en 2 ºC y 4 ºC. Y, por su parte, la NASA ha creado en vesl.jpl.nasa.gov un simulador de escenario sobre el deshielo de glaciares y los casquetes polares, entre otras posibilidades.

Game over

Los impactos en los ecosistemas, suelos, mares y sociedades descritos son peores de lo que indicaban las predicciones realizadas por la comunidad científica en 1990. Y los que están por venir, contemplan un declive de la agricultura y la producción mundial de cereales y arroz tanto en el hemisferio norte  como en los trópicos, así como la propagación de m llegada de epidemías. 

Según confirma Bendell, la comunidad científica que reúne el IPCC no está abordando soluciones ni recomendaciones concretas ante un escenario de colapso social por causas climáticas, más allá de las políticas públicas de reducción del C02 antroposférico. Hacen falta esfuerzos del lóbulo frontal mayores que los actuales para prever, programar y actuar con focalización de futuro, frente a las inmensas oportunidades del todavía opulento presente.


Te puede interesar:
¡Únete a la re-generación! Diseñando culturas regenerativas!
Desarrollo biorregional: Rehabitar nuestras comarcas de una manera y regenerativa


Iniciativas de protesta y acción directa

La incertidumbre que despierta la claridad de los datos científicos ha provocado que en pocos años hayan surgido diversas iniciativas de protesta y acción directa que visibilizan y piden respuesta a la sociedad y a los gobernantes, tales como las manifestaciones de estudiantes de todo el mundo “Friday for Future”; el movimiento social de resistencia no violenta para minimizar la extinción masiva y el calentamiento global “Extinction Rebellion“; el movimiento de periodismo ambiental para informar de manera veraz sobre el cambio climático “Covering Climate Now” o el espacio on-line que conecta a personas de todo el mundo para fomentar el apoyo mutuo, la colaboración y el desarrollo profesional en el proceso de enfrentar el colapso social “Foro de Adaptación Profunda“.

Más allá de lo que oigamos, cuando miramos a nuestro alrededor ¿cuál es nuestra experiencia climática íntima y personal? Si la visión coincide con la de Bendell, Thunberg o Wadhams, la buena noticia es que muchas personas se están organizando en redes para afrontar lo que está por venir:

  • Redes personales de confianza y apoyo mutuo donde promover respuestas de afecto y acogimiento ante la crisis climática.
  • Redes que sean resistentes a la manipulación de las masas, a las políticas autoritarias, a la represión estatal y a las guerras.
  • Redes resilientes y capaces de promover la cooperación y la autosuficiencia a nivel local como el movimiento ecoaldeano o las comunidades en transición.

Celebremos que otra humanidad sí es posible. 

Meta-marco de acción

Más que una profecía sobre el futuro del planeta, el concepto de  “Adaptación Profunda al Cambio Climático” es un marco ético y filosófico cuyo objetivo contempla que la humanidad debe prepararse para una interrupción fundamental de sus paradigmas de civilización actuales, con una probabilidad de colapso económico, institucional y social completo. Para ello propone una “Agenda” basada en cuatro R’s: 

  • Resiliencia: ¿cómo podemos conservar y satisfacer las necesidades básicas?
  • Renuncia: ¿a qué debemos renunciar para no empeorar las cosas?
  • Restauración: ¿qué podemos hacer para recuperar costumbres, ecosistemas, herramientas pérdidas que podrán ser indispensables ante las próximas dificultades?
  • Reconciliación: ¿cómo hacer las paces con uno mismo, con los demás, con la tristeza ante la tragedia y con la muerte?

*Mónica Cuende Lozano, es periodista y comunicadora, cofundadora de Economías BioRegionales, asociación que desarrolla planes y proyectos de economía circular de la materia orgánica, sistemas alimentarios, diseño de monedas complementarias e innovación económica.

Comentarios 1

  1. pedro pereiro says:

    Mi visión es que se está manipulando el clima. Se están manipulando datos y se están preparando medidas para la instalación del NOM, una dictadura global que abarca la salud, la economía, y todos los aspectos de nuestra vida. Si no lo vemos a tiempo la red de “desinformación alternativa” nos llevará al final de nuestro camino como seres humanos libres mientras cantamos loas a Gaia.
    Estuve 40 años en Greenpeace, hasta que los globalistas financistas se convirtieron a la “ecología radical”.
    Sí, los que financian a Greta y compañía.
    Organicé un curso de permacultura con Emilia Hazelip en los años 80…
    ¡ Qué triste ver el caos y la destrucción devorándolo todo!.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

¿Te gustó este artículo?
¡Apoya a EcoHabitar!


Suscríbete al boletín


 

ANUNCIO
escudos térmicos by Mateu Ortoneda escudos térmicos by Mateu Ortoneda escudos térmicos by Mateu Ortoneda
ANUNCIO

Categorías

Síguenos

Tu tienda0
Aún no agregaste productos.
Seguir viendo
0