¿De qué otra manera podríamos cumplir con el concepto tan utilizado, pero no por ello menos importante, de un enfoque integral? La biología del hábitat -y, sobre todo, la técnica de medición en bioconstrucción- sin el soporte médico es una biología del hábitat a medias. Y viceversa, el médico sin la biología del hábitat también se queda a medio camino. Recuerdo muchos casos en los que gracias a la colaboración entre médicos, naturópatas y expertos en bioconstrucción se obtenían los resultados esperados.
La estrecha colaboración de los expertos en bioconstrucción con los médicos, naturópatas, terapeutas y otros especialistas es importante para poder afrontar el cúmulo de enfermedades y el gran desastre ecológico de forma eficaz.
Prof. Dr. Anton Schneider
Factores ambientales, condicionantes de la salud y la enfermedad
El pionero e impulsor de la biología del hábitat, Prof. Anton Schneider, escribió hace 23 años en el prólogo de mi libro «Stress durch Strom und Strahlung» (Estrés causado por la electricidad y las radiaciones):
«Tanto los factores ambientales relacionados con la bioconstrucción, la electrobiología y el ambiente interior, como los factores microbiológicos, geológicos y toxicológicos son condicionantes de la salud y la enfermedad. Es esencial que sean siempre tenidos en cuenta para el diagnóstico y la terapia indicada por el médico.
El tratamiento de las causas, desde una perspectiva integral y eficaz, tendría que reemplazar el tratamiento de los síntomas que resulta ineficaz. Se abre así una dimensión completamente nueva de la medicina y de la prevención de la salud, que se debería haber investigado hace ya mucho tiempo.
La estrecha colaboración de los expertos en bioconstrucción con los médicos, naturópatas, terapeutas y otros especialistas es importante para poder afrontar el cúmulo de enfermedades y el gran desastre ecológico de forma eficaz. El hecho de que esto hoy en día siga ocurriendo en demasiado pocos casos, debe ser considerado como una oportunidad perdida e incluso como una omisión de socorro».
El médico que cree que puede ayudar a los pacientes que sufren una enfermedad ambiental sin tener conocimientos de contaminantes peligrosos ni de las influencias electromagnéticas, se equivoca.
Prof. Dr. Volker Zahn
Las enfermedades ambientales
El Dr.Volker Zahn, entonces director de la clínica ginecológica del hospital Elisabeth-Krankenhaus Straubing y pionero de la medicina ambiental, advirtió hace ya 16 años, -Elektrosmog – Wohngifte – Pilze (Contaminación electromagnética – Toxinas domésticas – Hongos):
“Las enfermedades ambientales clásicas aumentan diariamente. Ya no hay experto en el mundo de las ciencias o de la política que no reconozca la existencia de cargas por contaminantes ambientales. Sin embargo, la solución de estos problemas se hace esperar y mientras tanto, cada uno tiene que protegerse por su propia cuenta y dentro de sus posibilidades. Ningún médico debería decir que no es capaz de realizar este tipo de pruebas. Si ordena hacer resonancias magnéticas, tomografías computarizadas o análisis de hormonas de costes muy elevados, podría también indicar el estudio de metales pesados, compuestos de cloro u otros contaminantes ambientales.
Desde mi punto de vista, es importante reducir, primero, las influencias negativas de contaminantes y radiaciones, y después pensar en medicamentos o terapias caros. Como médico ambiental puedo afirmar que, en primer lugar, necesitamos una zona de descanso libre de contaminantes o perturbaciones.
El metabolismo humano cambia cuando este duerme. El sueño constituye el tiempo de regeneración, el tiempo de recuperación de fuerzas. En el lugar de reposo, se tienen que eliminar alfombras, almohadas eléctricas, despertadores eléctricos, teléfonos, colchones de muelles, estanterías de libros…, si resultan ser nocivos.
El médico que cree que puede ayudar a los pacientes que sufren una enfermedad ambiental sin tener conocimientos de contaminantes peligrosos ni de las influencias electromagnéticas, se equivoca. Es deber de todo médico seguir formándose en este ámbito. Tiene la formación para poder hacerlo”.
Como médicos, nos encontramos ante la exigencia de ir más allá del simple tratamiento de los síntomas y debemos profundizar más en la investigación de las causas de fondo. Es en este terreno donde la biología del hábitat es de gran ayuda, pues en ella encontramos muchas de las causas de las enfermedades.
Dr. Christian Petersohn
El entorno doméstico y el lugar de trabajo
También el Dr. Christian Petersohn, médico especializado en medicina integral y naturopatía, Düsseldorf (Alemania), hace ya 20 años relató sus experiencias médicas en el trato cotidiano con los pacientes que sufrían enfermedades ambientales:
“Cada vez, y con mayor frecuencia, nos encontramos confrontados con cuadros clínicos crónicos, como por ejemplo, trastornos del sistema inmunitario, del sistema hormonal o nervioso, enfermedades cardiovasculares y otras disfunciones, insomnio, agresividad, estados depresivos, dolores, alergias o la falta de capacidad de concentración.
El entorno doméstico del paciente y su lugar de trabajo desempeñan un papel primordial en el desarrollo de estas patologías. Influyen aquí agentes patógenos como los hongos, el formaldehido contenido en tableros aglomerados, los protectores de la madera y otras sustancias químicas peligrosas; también los campos eléctricos y magnéticos de determinadas instalaciones, aparatos o construcciones radiotécnicas, así como la electrostática de materiales sintéticos, por nombrar solo algunos ejemplos.
Es importante conocer las influencias nocivas que puede haber dentro de la vivienda. Para ello existe la biología del hábitat. En muchos casos, los riesgos cotidianos se pueden reducir en un 80-90%, sin necesidad de reformar media vivienda”.
Dos décadas después, él mismo, reflexionando sobre las experiencias de los años pasados, manifiesta nuevamente:
“Lo decisivo es una anamnesis detectivesca que tenga en cuenta los diferentes factores relacionados con la bioconstrucción. La cantidad de contaminantes ha ido aumentando, debido especialmente a las redes, telefonía móvil y a las radiotécnicas para interiores, como el DECT y el Wi-Fi. A estos contaminantes hay que añadir, también, problemas microbiológicos y del ambiente interior a consecuencia de los métodos de construcción modernos y de la norma jurídica de aislamiento térmico alemana. Esta última autoriza la construcción de edificios excesivamente sellados, empeorando así la calidad del aire interior y aumentando el riesgo de moho.
El sistema inmunitario se ve afectado cada vez más. Como médicos, nos encontramos ante la exigencia de ir más allá del simple tratamiento de los síntomas y debemos profundizar más en la investigación de las causas de fondo. Es en este terreno donde la biología del hábitat es de gran ayuda, pues en ella encontramos muchas de las causas de las enfermedades”.
Ha llegado el momento de integrar más y más elementos de la biología del hábitat en la práctica de la medicina general.
Dr. Hans-Joachim Petersohn
Sanear la zona de descanso, un logro para la salud
Su hermano, el Dr. Hans-Joachim Petersohn, médico especializado en terapias naturistas y medicina ambiental de Düsseldorf (Alemania), por aquel entonces daba entrevistas radiofónicas y televisivas sobre la contaminación electromagnética:
“Con frecuencia los médicos observamos en nuestras consultas la incidencia cada vez mayor de la contaminación electromagnética y de otros riesgos ambientales, especialmente en relación con las enfermedades crónicas recurrentes. En muchas ocasiones, el saneamiento de la zona de descanso según los criterios de la bioconstrucción, aporta el primer éxito para la salud del paciente.
Un ejemplo: una paciente, mantenía una postura más bien escéptica hacia la medicina ambiental e integral. Sufrió durante años de migrañas. Tomaba un sinfín de medicamentos. Desde el punto de vista de la medicina convencional era un caso perdido. Se habían probado todos los diagnósticos y terapias posibles, sin ningún éxito. Cuando examinamos su lugar de reposo, descubrimos que directamente detrás de la cabecera de su cama se hallaba la central del sistema de alarma de la casa. Alejamos la cama solo un metro de donde había estado antes y los síntomas de la mujer desaparecieron inmediatamente. Estas situaciones dan que pensar cuando se observan repetidamente, y no se puede pensar en que se trate de casualidades.
Estimo que entre un 30-40% de los pacientes sufren de algún tipo de estrés ambiental, sobre todo en la vivienda. Sería conveniente, por lo tanto, realizar análisis según los criterios de la bioconstrucción para poder estabilizar la salud de estas personas.
Otro ejemplo: justo después de su boda, una paciente joven empezó a sufrir de ataques de migraña muy fuertes. Fue examinada de arriba a abajo por médicos convencionales, sin resultado. En una conversación con ella me enteré de que se habían mudado de casa; las mediciones realizadas en la nueva vivienda mostraron que se habían cometido muchos errores desde el punto de vista de la biología del hábitat. Tras las medidas correctoras realizadas fácil y rápidamente, la paciente no presentó más síntomas”.
Fue el mismo doctor Petersohn quien, con nuestra colaboración, demostró mediante la microscopía de campo oscuro la llamada formación de pilas de monedas en los glóbulos rojos cuando son expuestos a campos electromagnéticos intensos. Esto sucede, por ejemplo, durante una llamada de móvil.
La biología del hábitat, una de las bases de la salud física y emocional
La biología del hábitat forma parte de mi cotidianidad y de mi práctica médica. Derivo a mis pacientes al especialista en bioconstrucción igual que al fisioterapeuta. Hago analizar la vivienda, el lugar de reposo o de trabajo con la misma naturalidad con la que mando hacer un análisis de sangre o de heces al laboratorio. Todos estos elementos forman parte de las herramientas con las que cuenta un médico generalista. Quien no las utiliza, omite algo primordial.
Dra. Annemarie Petersohn.
La doctora Annemarie Petersohn, esposa del Dr. Petersohn, también médica especializada en naturopatía y con una larga trayectoria en medicina integral, me concedió una entrevista para la revista alemana Wohnung+Gesundheit (Vivienda+Salud). En ella nos contó sus experiencias con la biología del hábitat. He aquí algunos extractos cortos:
“Para nosotros, la biología del hábitat constituye una de las bases tanto de la salud física y emocional como de una vida digna. Si consideramos el entorno vital del paciente para nuestro diagnóstico, podemos conseguir mejores resultados en su tratamiento. Algunos estímulos ambientales crónicos perjudican el sistema inmunitario, agotan las defensas e impiden la autocuración.
Últimamente, hemos tenido muchos pacientes con zumbido en los oídos, apenas controlable con tratamiento médico, el tinnitus. Un porcentaje llamativo de ellos había adquirido un teléfono celular poco tiempo antes. Solamente siguiendo nuestra recomendación de usar menos estos teléfonos o de aumentar la distancia a su cabeza mediante antenas externas y equipos de manos libres, los pacientes consiguieron resultados prometedores: muchos se curaron del tinnitus. La medicina convencional afirma que el tinnitus puede ser causado por estrés.
¿Acaso la contaminación electromagnética no significa estrés para el organismo? Las otras formas de estrés como el estrés laboral o familiar, el mal de amores, deudas económicas o problemas de autoestima existen desde hace tiempo, pero no provocaban tinnitus. El estrés ambiental se está infravalorando enormemente.
Una enfermedad no aparece por casualidad
En nuestro trabajo, tenemos siempre presente los aspectos relacionados con la bioconstrucción. Me acuerdo de un adolescente de 14 años, que desde hacía tiempo sufría de enuresis nocturna crónica. Nunca se orinaba en otros lugares y en casa siempre, de manera que solo me quedaba una única recomendación razonable: ¡Por Dios, que el niño duerma en otro lugar!, ya que no habían movido su cama de sitio desde que había nacido. La cama fue desplazada al otro lado de la misma habitación y el niño no volvió a orinarse nunca más. Quizá fuera un campo eléctrico dentro de la pared, quizá un campo magnético del baño, tal vez una zona de perturbaciones geológicas… poco importa. Cambiar la cama de lugar resultó ser la medida correcta. Eso es lo que importa.
Una enfermedad no aparece por casualidad. Sin detectar los factores que causan la enfermedad e inhiben su curación no podemos avanzar. Cuando el sistema inmunitario está destruido y el organismo ha perdido la capacidad de defenderse, un mínimo factor del gran abanico de posibilidades es suficiente para desencadenar una enfermedad.
Los factores de estrés son cada vez más variados y menos controlables, en particular los factores ambientales, y, fundamentalmente, los del interior de la vivienda. Y me pregunto: ¿contra cuántas más enfermedades tendremos que luchar en el futuro?
La biología del hábitat forma parte de mi cotidianidad y de mi práctica médica. Derivo a mis pacientes al especialista en bioconstrucción igual que al fisioterapeuta. Hago analizar la vivienda, el lugar de reposo o de trabajo con la misma naturalidad con la que ordeno un análisis de sangre o de heces al laboratorio.
Todos estos elementos forman parte de las herramientas con las que cuenta un médico generalista. Quien no las utiliza, omite algo primordial. La biología del hábitat, para mí, no consiste solamente en el análisis de los factores de estrés ambiental, sino que constituye una parte esencial de una vida integral. Hace que las personas se responsabilicen de ellas mismas y que actúen con valentía.
Cerca del 80% de nuestros pacientes tienen una enfermedad crónica y desean un tratamiento integral. Muchos de ellos, aproximadamente entre un 70-80%, se ven sorprendidos, encantados, agradecidos y convencidos ante los cambios que realizan siguiendo las reglas de la bioconstrucción. Lo único que cuenta es el éxito y solo una mejora notable convence a la gente. Después, la noticia de esta recuperación se propaga como la pólvora. No podemos esperar hasta que todo lo que observamos en nuestra práctica médica cotidiana sea comprobado científicamente.
Tenemos que reducir los factores de riesgo inmediatamente. Debemos conocer todos los riesgos posibles y eliminarlos en su origen. Además, sigue siendo válido el refrán «más vale prevenir que curar». La curación se manifiesta cuando le devolvemos al cuerpo el equilibrio que necesita y que constituye su base vital. Es cuando le damos la estructura que anhela y de la que ha tenido que prescindir durante mucho tiempo, que ocurren las cosas más sorprendentes”.
La comprobación objetiva de los factores de riesgo ambientales mediante las técnicas de medición es importante.
Dr. Dieter Aschoff.
*Experto en bioconstrucción, periodista y miembro de la asociación alemana de periodistas DJV, en el congreso «Baubiologie und Nachhaltigkeit» («Biología del hábitat y Sostenibilidad») del Institut für Baubiologie + Nachhaltigkeit IBN (Instituto de Baubiologie+Sostenibilidad IBN).
Ponencia traducida del alemán por Martina Kostial.