Ética en la calidad de los materiales de bioconstrucción algo que nos preocupa debido, sin duda , a un sector autorregulado.
Durante los últimos 10 años el «bio» en la construcción ha ganado mucha importancia y tenemos una amplia oferta de técnicas alternativas y materiales «eco» para la construcción.
La calidad ecológica varía y, además, es difícil reconocerla ya que falta un control de calidad y pruebas realizadas por laboratorios independientes para poder comparar los productos en el mercado.
Se habla de “greenwashing”, empresas convencionales que entran en el mercado bio con un marketing “verde” sin cumplir las expectativas. No hay normas bio, las palabras bio y eco no están protegidas y cualquiera puede usarlas. “Eco”, en el nombre y en el marketing de los productos, es utilizado como una referencia de calidad sin que haya una información de la verdadera ecocalidad de estos productos. Se necesita tener un conocimiento técnico profundo para descubrir los trucos o triquiñuelas utilizadas en la presentación de algunos ecomateriales.
Ética en los Ecomateriales
Lo que ya está en la conciencia general es la cuestión del ciclo de vida de los materiales, su consumo energético y la preferencia de que sea producido localmente. Sin embargo, en un tema aparentemente tan sencillo como es la producción local existen dificultades para extraer conclusiones sobre su valor ecológico, ya que no se puede limitar al nombre de una localidad sin hacer análisis complejos del origen de los componentes de los productos, de la eficiencia ecológica de la producción y del método de distribución. Por ejemplo, la distribución de materiales a través de una red de distribuidores tendrá un coste energético mucho más elevado que la venta directa.
Sin cuestionar la importancia del valor del balance energético, el estudio de la carga para el ambiente debida a la extracción de las materias primas, producción, reciclado y transportes; el primer paso en nuestra evaluación debería basarse en el análisis de la ecocalidad del producto en sí, en su composición y en el impacto en la salud y en el bienestar de los consumidores. Una cuestión que desgraciadamente se ha quedado en el trasfondo a favor del marketing.
Raramente se cuestiona que en muchos casos lo que está indicado como ecológico sea realmente eco, se presupone una ética dentro del mundo eco que desgraciadamente no existe. La realidad es todo lo contrario: nos encontramos un mercado donde se lucha con medios convencionales y donde la confianza y la ética no son frecuente.
La información en las fichas de los materiales
Quien crea que en las fichas técnicas o de seguridad de un producto se declaran sus características y facilitan la información necesaria sobre el impacto ecológico o en la salud, está equivocado. Si un producto no se encuentra en el índice de los materiales conocidos como peligrosos para la salud, en su ficha técnica no se incluye información sobre la toxicidad de los materiales o de los componentes dudosos que contiene, a pesar de que los fabricantes tendrían la obligación de declararlos.
Un buen ejemplo del problema que tenemos para poder tener confianza en los materiales eco son las pinturas.
Las pinturas en general están constituidas por aglutinantes, polvo mineral para dar cuerpo, pigmentos y agua. En muchos casos la parte crítica de la calidad “eco” son los aglutinantes y los pigmentos. Con los pigmentos naturales es difícil conseguir colores intensos, a excepción de la pintura de silicato de dos componentes. Los pigmentos se encuentran en polvo o en pasta y en ambos casos no es fácil conocer el origen natural si el fabricante no quiere informarlo y garantizarlo. La calidad de los pigmentos es un factor importante en el precio final de un producto y es muy difícil un control de ecocalidad incluso para los fabricantes de las pinturas, que en la mayoría de los casos compran los pigmentos a otras empresas. Los colores azul y verde son especialmente caros y precisamente por eso suelen estar adulterados.
Pigmentos
Un pigmento en discusión es el pigmento blanco titánico. El blanco titánico (Titandioxid TiO²) utilizado como pigmento para pinturas se produce de dos formas: a través del procedimiento anastas o por el procedimiento del rutilo, en ambos casos es necesario usar ácidos para su producción, que hoy en día ya se reciclan. El más utilizado es el rutilo. El anastas tiene mayor propiedad fotocatalítica, menos durabilidad y se usa en pinturas para limpiar el aire interior. Parece ser que, gracias a su efecto fotocatalítico, puede eliminar sustancias nocivas, pero es precisamente durante su incontrolable proceso de transformación cuando se pueden producir formaldehídos nocivos. También hay que considerar el problema del efecto fotocatalítico cuando el pigmento entra en nuestro organismo. Una peritación encomendada por el gobierno alemán determinó que se debería evitar el uso de pinturas para interior con la función de limpieza del aire. Es mejor utilizar materiales sin sustancias nocivas para mantener el aire limpio. También se considera así desde el punto de vista de la bioconstrucción.
Otro tema problemático pueden ser las cargas tóxicas en los pigmentos, por ejemplo el cadmio que se encuentra en el pigmento amarillo.
Sin análisis químicos de alta calidad es imposible tener claro qué perjuicios pueden generar los pigmentos. La declaración exacta debería ser responsabilidad del fabricante.
Pinturas de sol silicato
Es interesante hablar de las pinturas de silicato, concretamente las pinturas de sol silicato. Los fabricantes argumentan sobre la durabilidad de las pinturas de silicato, con ejemplos de pinturas de silicato verdadero de dos componentes, sin especificar los componentes, utilizadas hace 20 años. Y quieren vender este ejemplo como referencia para las pinturas actuales de sol silicato, que ya no tienen mucho que ver con la primera generación de las pinturas de silicato, en relación a su composición y funcionalidad. Lo que nos venden es la posible aplicación de pinturas sol silicato incluso sobre pinturas plásticas antiguas, que oficialmente tienen su origen en el uso de una combinación de los aglutinantes de silicato potásico y sol de sílice, pero ni uno ni otro tienen adherencia sobre fondos plásticos. Por eso usan amonio y dispersión de polímeros para mejorar la adherencia del sol de sílice.
La ficha técnica
Si leemos la ficha técnica de una pintura de sol silicato encontramos indicaciones que deben crear confianza pero que, por el contrario, muestran de nuevo la intención de los «eco fabricantes» de dejar la información en la sombra:
- Pintura según la Norma DIN 18363”: ¿Quién sabe que en la DIN 18363 se indica que la pintura de silicato puede contener hasta un 5% de componentes orgánicos? En la química orgánica a los derivados del petróleo se les llama polímeros. Los componentes orgánicos pueden causar emisiones: los VOCs (volatile organic compounds y en castellano COVs ), y deben ser evitados hasta donde podamos si queremos favorecer la calidad del aire, pues el riesgo para la salud que producen los VOCs es incalculable.
- Escriben en la ficha técnica “sin adición de disolventes ni plastificantes”, que no usen plastificantes no significa que el producto no contenga polímeros. ¿Por qué no detallan los componentes en lugar de comentar sobre algunas “cosas” que forman parte de la composición? ¿Secreto de fabricación? El secreto de fabricación de los componentes en cuestión no existe, porque en el documento de la patente se puede leer que usan polímeros y amonios.
Pintura al agua
Denominar una pintura “al agua” o de “dispersión” sin hablar del aglutinante es dejarlo, una vez más, en manos de los fabricantes. Una pintura de dispersión o al agua normalmente es una pintura plástica, por lo que parece ser un intento de evitar llamar a las cosas por su nombre.
La nanotecnología
La nanotecnología desde hace años forma parte de la producción de las pinturas en general. En el mundo ecológico la nanotecnología no es bienvenida porque conlleva riesgos para la salud. La nanotecnología se define por el tamaño de las partículas usadas, hablamos de un tamaño máximo de 0,0001 mm. Con ese tamaño, las partículas pueden penetrar en nuestro cuerpo fácilmente a través de la piel, las vías respiratorias o los lagrimales. Hay partículas que tienen nanotamaño de forma natural, como por ejemplo la de sol sílice, y hay otras que son producidas por micronización.
Normalmente el tamaño de una partícula de dióxido de titanio es mayor que el nanotamaño (0,0001 mm), actualmente ya se usa dióxido de titanio micronizado en nanotamaño. Por ejemplo, se usa en aceites incoloros para maderas exteriores para conseguir la resistencia al UV, aun sabiendo que los pigmentos de dióxido de titanio en nanotamaño pueden ser perjudiciales para el organismo. En cambio, el dióxido de titanio de rutilo por encima del nanotamaño no tiene riesgos, es biocompatible.
Sin conocer el material usado en nanotamaño y su riesgo para nuestro organismo, la nanotecnología no es fiable. Desde el punto de vista de la bioconstrucción, el uso de productos que contienen nanopartículas no es recomendable, lo que incluye las pinturas de sol silicato. La ciencia todavía está analizando el impacto de las nanopartículas en el ambiente y en el organismo humano. Lamentablemente, el cliente tiene mucha dificultad para descubrir qué productos son fabricados con nanotecnología si el fabricante no hace pública su “innovación”.
Aditivos químicos y calidad de los ecomateriales
En todas las pinturas de dispersión a base de agua habitualmente se utilizan varios aditivos químicos para conservar el agua y mantener un buen comportamiento en su aplicación: aditivos para reducir la evaporación del agua, aglutinantes, agentes emulsionantes, agentes para evitar espuma, fungicidas, etc. Cuando los fabricantes dejan en la sombra los componentes y sin una Declaración Medioambiental completa y fiable, será conveniente considerarlos de forma crítica.
Declaración completa de los componentes
Hay fabricantes de materiales ecológicos que facilitan una declaración completa de los componentes utilizados para sus productos, y esa parece ser la única forma de unir claridad y seguridad.
Debemos considerar que no todo lo natural carece de riesgos. Por ejemplo, la trementina natural puede afectar a organismos sensibles, pero si hay transparencia declarándolo, permite al cliente decidir según su conveniencia.
Los ecocertificados
Con los ecocertificados hay que ser críticos también. Conseguir un ecocertificado cuesta bastante dinero y no todos los fabricantes pueden financiarlo. El fabricante necesita cumplir muchas condiciones para conseguir un certificado, pero también va a encontrar, durante la certificación, que en la evaluación hay algunos porcentajes de impurezas toleradas; sin ofrecer esa flexibilidad muchos fabricantes no podrían asumirlo. Por lo tanto, es aconsejable no confiar en certificados que no indiquen los componentes permitidos.
Conclusión en la ética en calidad de los ecomateriales
Mi intención no es manifestar una posición purista. Como constructor experimentado tengo conciencia de que hoy en día es casi imposible responder a las necesidades ecológicas al 100%, pero quiero conocer los riesgos que pueda tener durante la aplicación o en el uso de los materiales. Como usuario quiero conocer lo que pongo en mi hogar.
Dado que hay productos con una declaración completa de sus componentes en el mercado, tengo preferencia por usar estos productos en lugar de aquellos que dejan su composición en la sombra. La realidad es que si no conocemos la composición de los materiales, no podemos hablar sobre los eventuales riesgos para las personas y no podemos avanzar y desarrollar alternativas.
Necesitamos una ética en la calidad de los ecomateriales en torno a la información “eco” dentro del ámbito del mundo ecológico que garantice la transparencia de la calidad de los ecomateriales.
Contenido de la Declaración Ambiental
La DAP debe incluir, al menos, la información siguiente [ISO 14025, 7.2]:
- Identificación de la organización que elabora la DAP.
- Descripción e identificación del producto.
- Identificación del Programa en que se han verificado las DAP.
- Código de registro en el Programa, fecha de publicación y período de validez. Identificación de las RCP.
- Identificación de las etapas del ACV cubiertas. Datos del ACV, ICV o módulos de información.
- Datos del análisis de inventario del ciclo de vida (ICV) de acuerdo con las RCP.
- Consumo de recursos, incluyendo energía, agua y recursos renovables.
- Emisiones al aire y vertidos al agua y al suelo.
- Resultados de los indicadores del análisis del impacto del ciclo de vida (AICV).
- Otros datos tales como las cantidades y los tipos de residuos (desechos) producidos (residuos peligrosos y no peligrosos).
Las RCP correspondientes pueden incluir requisitos adicionales.