Comenzar de cero en una finca no es tarea fácil. Y más aun si el proyecto involucra a varias personas, como es el caso de la fundación de una ecoaldea o de una escuela agroecológica, por ejemplo. A veces lo priorotario a nivel ecológico queda invisibilizado por la premura social. Y viceversa. Pocas personas conscientes e individuadas son capaces de concretar con acierto los pasos iniciales de un proyecto colectivo. Son determinantes la convicción y la madurez individual, el capital inicial, alguna forma de gobierno comunitario bien manejado (como la sociocracia) y la experiencia previa de participación en espacios similares.
Nuestra pericia al comenzar a laburar en el espacio nos permitirá, en primer lugar, favorecer los procesos naturales del sitio; por eso no hacer nada que genere cargas en el tiempo (como tratamiento de residuos mal planificado), ni que se pueda escapar de las manos (como en el caso de la introducción de especies invasivas). Favorecer lo que abunda en el sitio, los potenciales que el lugar ya posee u otros que se puedan incorporar con poco esfuerzo y grandes beneficios, como el caso de plantas multipropósito (por lo general leguminosas), productoras de biomasa y forrajeras.
Diseñar
Hay decisiones a tomar que deben aplicarse a corto o medio plazo. Las de corto plazo por lo general van ligadas a los accesos principales, vegetales de ciclo corto, abastecimiento de agua potable, cercas y cobijo. Yo suelo incluir en estas primeras acciones un núcleo vegetativo que denomino “llegadero”, súper bien abonado y cuidado, lugar en el que introduzco toda planta que me encuentro que puede encajar en mi sistema diseñado. Me digo: “ya llegaron al sitio”.
Si desde un inicio no entendimos bien el paisaje podemos sufrir cargas que nos limiten. Por ejemplo, en un clima tropical y húmedo como en el que vivo, los accesos son un auténtico quebradero de cabeza por la inversión que se necesita para lograr que no generen erosión y necesiten mínimo mantenimiento. Sin un buen acceso es muy difícil fundar y nos generará mucho más trabajo con el tiempo.
El agua
Cada vez más, el recurso agua se está convirtiendo en una limitante productiva a escala global. Algunos dicen que los próximos abusos de los países ricos estarán determinados por este bendito líquido. Los planes están ya trazados desde los gobiernos, en el tablero de los poderosos.
Nuestro granito de arena al diseñar y accionar en este sentido, será tratar de aprovechar al máximo el potencial agua desde los puntos más elevados del paisaje, como hemos podido aprender de grandes del diseño como Yeomans1 o Holmgren2. El agua siempre busca el punto más bajo del contorno, donde existe algo de inclinación. Controlando y reduciendo su velocidad, el tránsito del elemento abiótico aumenta las posibilidades en el desarrollo de vida en el suelo.
El uso del aparato “A” nos permite trazar curvas de nivel para la creación de zanjas de infiltración (swales), generando corredores de fertilidad o zanjas de derivación para el direccionamiento de escorrentías a depósitos, haciendo uso de aguas blancas o, incluso, grises que de otro modo podrían generar erosión o contaminación. Para acumular podemos usar el ferrocemento o membranas especiales.
El suelo
Si como parece evidente los suelos son uno de los aspectos más importantes en nuestros asentamientos sustentables, debemos comprender cómo cuidar, mantener y aumentar la materia orgánica que lo cubre. En permakultura se dice “suelo sano, planta sana”. Y no solo planta sana, también cuando un suelo está bien manejado aumentamos el poder de absorción y retención de humedad en el sitio, aspecto determinante en la generación de microclimas y en el mantenimiento de los niveles freáticos.

Los árboles
Árboles de ciclo largo y humus en el suelo, son las estrategias que todos los ecosistemas terrestres han desarrollado en su eterna lucha contra la gravedad. De hecho, el principio “uso y aceleración de la sucesión natural” nos recuerda la importancia de este aspecto. Hay que decir que en las fases iniciales podemos deteriorar los suelos al intentar mantenerlos “limpios”, sobre todo al tratar de manejar pastos persistentes o malezas. La observación, por ejemplo al detectar indicadores no saludables de las plantas (amarillamiento, manchas o arrugamiento en hojas), nos mostrará cuándo podemos permitir que algunas “malezas” se conviertan en “buenezas”.
La materia orgánica
El tema de la producción de materia orgánica siempre me ha parecido fundamental en relación a la gravedad. Como todo lo vivo en el planeta baja más fácilmente que sube (excepto las aves que aprovechan las corrientes térmicas diurnas), ubicaremos los depósitos de materia orgánica, ya sean para compostar o para surtir a las plantas, en lugares elevados sobre el terreno donde va a ser utilizada, que se distribuirá por gravedad. Con los años agradeceremos estas decisiones.

Los animales
Como bien sabemos, son un elemento de gran aporte en los diseños. Debemos recordar que si el espacio en el que estamos empezando a trabajar no dispone de alimento para ellos, el coste en tiempo, esfuerzo y recursos económicos nos puede agotar. La introducción de animales en nuestro sistema debe venir sugerido por la abundancia de algún alimento aprovechable por alguna especie. En el caso de abejas o lombrices creemos que deberían ser parte de cualquier proyecto productivo desde sus inicios por los fabulosos beneficios que dan en la producción ecológica. Para ello debemos buscar algún pana3 que nos inicie en su manejo y cría.
Si el lugar donde estamos iniciando el trabajo está carente de materia orgánica debido a manejos convencionales del suelo, la introducción de animales como las gallinas puede ser fatal, dada su tenacidad a la hora de buscar sustento, podrían generar apelmazamiento del terreno. Algunas estrategias para este caso serían las usadas por la permakultora Marsha Hanzi en el sertâo, interior de Bahía, Brasil. Ella produce, por lo menos, cinco tipos de brotes para la alimentación de sus gallinas encerradas que, según su experiencia, las mantiene saludables, mientras que el espacio es recuperado para cultivar.

Las construcciones
Otro tema fundamental a la hora de comenzar un proyecto familiar o comunitario es el tipo de construcciones a realizar. Según mi experiencia, lo mejor es investigar aquellos materiales que hay en el lugar. Es más, según mi criterio, no compraría una finca que no dispusiera de algunos de estos elementos: piedra, arcilla, arena, madera, pasto. Si el lugar dispone de arcilla, por ejemplo, me inclinaría por construcciones en tapia (aunque necesitaríamos un equipo humano considerable para trabajar, los tapieros y el sistema de encofrado) o cob, ya que sus paredes son portantes y no precisan de madera, necesaria solo para la cubierta. Si disponemos de algunas piezas robustas de madera, arcilla y pasto, podríamos construir con adobes. Tal vez la solución sea el bahareque o entramado, cuando disponemos de gran cantidad de cañas o algún otro tipo de varas y arcilla. En todo caso la piedra siempre nos permitirá levantar la construcción de las humedades del suelo. Un buen zapato alarga la vida de las construcciones y reduce el nivel de humedad interior.
Por poner un ejemplo, la casa donde estoy viviendo es de tapia. El piso climático donde nos encontramos es selva nublada, o bosque de niebla. Es decir, uno de los ecosistemas más húmedos del planeta. ¿Qué ocurre? Pues que la construcción se está hundiendo literalmente debido a su excesivo peso en un lugar tan húmedo. Además, no fueron colocadas barreras de vapor, con lo que el efecto favorable de tremendas paredes de barro aquí no se logró. Sin duda la dueña de este sitio no fue bien asesorada. Además, hay que escucharla contar el dolor que fue poder terminar la construcción durante el tremendo invierno que tuvieron.

Permakultura intuitivo-adaptativa
Por más que seamos buenos observadores y metódicos al diseñar, muchos aspectos del sitio no nos serán revelados más que con el paso del tiempo. El descubrimiento de los patrones que estructurarán nuestro trabajo será captado a la par que las respuestas biológicas derivadas de nuestras primeras acciones. Hay que permanecer alerta y flexibles al cambio, evitando la pérdida de energía. Este es para mi el sentido del principio de Holmgren: “soluciones lentas y pequeñas”. Sus efectos nos darán la pauta para seguir trabajando.
Realmente no es necesario disponer de un gran capital para poner a producir un pedazo de terreno en armonía con todos los procesos que se dan espontáneos bajo determinadas condiciones físico-naturales. Lo que principalmente necesitamos acumular en grandes cantidades es voluntad, convicción, pasión por lo que estamos haciendo… Si tenemos una buena reserva de este especial empeño en cuidar nuestra Madre y ser prosumidores4, todo resulta, no solo más favorable, sino que, además, cuentas con la complicidad de la abundancia llamada Tierra. Las sinergias se multiplican. El conjunto de fuerzas trabaja como un todo en la misma dirección; más materia orgánica, más humedad, más biodiversidad… más abundancia. γ
Notas
1 Yeomans, P.A., Water for every farm, Keyline Pub. , Sydney, 1958.*
2 Holmgren, David, Principios y senderos más allá de la sustentabilidad, Holmgren Design Service, 2002.
3 Amigo, compañero.
4 Nombre que se le da a los participantes de la Red Nacional de Trueke de la República Bolivariana de Venezuela. Es decir productores y consumidores al mismo tiempo.
Contacto: konukopermanente@gmail.com http://www.konuko.org