La salud del sueño es primordial. En el periodo de tiempo en que dormimos y descansamos, es cuando nuestro cuerpo aprovecha para regenerarnos, eliminar toxinas y reponer energías para poder afrontar un nuevo día. De aquí deriva la importancia que tiene el dormitorio en nuestra salud.
Para que estos procesos fisiológicos se puedan llevar a cabo vamos a ver qué factores debemos tener en cuenta a la hora de crear o decorar un dormitorio.
Necesidades
Es muy importante que el dormitorio se adapte a las necesidades de cada ocupante. Que la distribución, los elementos que lo integran, la decoración y los colores le hagan sentir bien y, en definitiva, que pueda sentirse a gusto en este espacio.
A cada color se le atribuyen unas características específicas; la elección de un color concreto para una estancia concreta dependerá de varios factores como la orientación de la habitación, las preferencias personales, la intención, etc.
Materiales que acompañan
En cuanto a los materiales que forman los acabados de las paredes y el pavimento es conveniente que contengan la menor cantidad de tóxicos.
En el caso de las paredes y techos es mejor utilizar pinturas o aplacados de madera. Para las pinturas elegiremos aquellas con la menor cantidad de compuestos volátiles (COVs) posibles, sin disolventes artificiales y que contengan la mayor cantidad de elementos naturales, por ejemplo, la pintura a la cal, de arcilla, vegetales o al silicato, entre otras.
Como revestimiento, si optamos por la madera, serán maderas macizas o tableros ecológicos y que no produzcan COVs.
Si decidimos tratar la madera será con productos naturales, lasures o aceites que no plastifiquen el revestimiento, que lo dejen transpirar y que no desprendan tóxicos al ambiente.
Conviene evitar aquellos revestimientos plásticos (laminados, pinturas plásticas, PVC, etc.) pues generan electricidad estática, no dejan descargar a tierra y contaminan el aire de nuestro dormitorio.
El ruido, ya sea aéreo o de impacto, es un factor que puede interferir en nuestro descanso, por ello es importante que tanto el pavimento como las paredes y ventanas permitan aislarnos de los elementos externos (calle y vecinos).
Luz natural
Si nos centramos en las ventanas, es esencial que el dormitorio disponga de al menos una y que ésta proporcione luz natural para que nuestro cuerpo se active gracias al reloj biológico. Además sería ideal si esta ventana estuviese orientada al este, ya que recibiríamos la luz del amanecer que es con la que se inicia el día.
En cuanto a la iluminación artificial aconsejo optar por lámparas led de calidad, que tengan un índice de reproducción cromática (CRI) superior a 90, cuanto más se acerque a 100 más parecida a la luz natural será.
Una temperatura de color cálida será la idónea, ya que cuando la necesitamos suele ser por la noche y en ese momento la luz natural tiende a ser rojiza, por lo tanto y tratando de imitarla, lo ideal es que tenga una temperatura de color baja, unos 2700ºK.
Es necesario evitar las lámparas que emitan centelleo, y es conveniente alejarlas lo máximo posible de nuestra cama para evitar los campos electromagnéticos, de este tema hablamos un poco más adelante.
Temperatura y humedad relativa
Otro aspecto a tener en cuenta es la temperatura y humedad relativa en esta estancia. Para dormir lo ideal es que la temperatura de la sala sea un poco más baja que durante el día, unos 15-17 ºC sería lo óptimo para favorecer los procesos fisiológicos.
La humedad relativa del dormitorio debe oscilar entre el 40% y el 60%. Si es inferior al 40% resecan el ambiente interior y nuestras mucosas, además favorece la generación de electricidad estática que se produce al rozar elementos sintéticos. Y, por el contrario, si supera el 60% favorece la proliferación de ácaros, mohos y virus.
Elementos
En cuanto a los elementos que componen el dormitorio, tales como el mobiliario, textiles, colchón o elementos decorativos, es conveniente que sean materiales naturales (madera, cáñamo, lino, algodón, esparto, fibra de coco, yute, etc.); es conveniente asegurar si se ha realizado algún tratamiento superficial que no los plastifique, ni desprenda tóxicos al aire interior.
A los textiles normalmente se les añaden tratamientos varios para evitar que haya arrugas, retardantes de llama, etc., y esto acaba convirtiendo en nocivo lo que en un principio era inocuo.
Como comentábamos al principio, el objetivo principal es encontrarse bien en el dormitorio, por ello, la forma en que percibimos el espacio es esencial.
Al entrar al dormitorio es conveniente poder ver la cama, que no quede de espaldas a la puerta para no crear un estado de alerta inconsciente. Evitaremos también colocar la cama en medio de una corriente de aire, como por ejemplo entre la ventana y la puerta.
Evitaremos todos los elementos metálicos que puedan encontrarse en la estructura de la cama o en el mobiliario para no interferir en el campo magnético.
Para mejorar varios problemas que se pueden generar en el dormitorio, como regular la temperatura o la humedad relativa, renovar y reponer iones negativos en el aire interior o eliminar tóxicos, podríamos realizar algo tan sencillo como ventilar de forma diaria nuestra estancia. Un mínimo de 10 minutos 3 veces al día, como medida estándar, es suficiente.
Optar por poner plantas de interior en el dormitorio nos proporcionará efectos muy interesantes:
- Favorecen la purificación del aire interior.
- Regulan la humedad.
- Ayudan a mejorar nuestro estado de ánimo.
Aunque las plantas consumen oxígeno durante la noche 1 o 2 plantas aportan más beneficios que contras en el dormitorio.
Lo que no vemos
Todo lo que vemos es muy importante, pero también aquello que no podemos percibir de forma tan directa.
En este sentido hablaremos de las corrientes del subsuelo, las energías telúricas, de las radiaciones de alta y baja frecuencia y de los campos magnéticos.
Para explicarlo de forma sencilla: sabemos que el sol (energía natural y que podemos ver) tiene sus beneficios para la salud y lo necesitamos para vivir, y también sabemos que puede ser perjudicial según nos expongamos a él. Lo mismo pasa con las energías naturales del subsuelo (corrientes de agua, cruces de corrientes, líneas Hartman, líneas Curry, etc.) las necesitamos para vivir, pero también pueden ser perjudiciales.
El lugar que ocupa la cama debe estar libre de este tipo de energías para que no perturben nuestro descanso. Si notamos que hay algo que nos altera el sueño y no podemos descansar durante la noche, es importante conocer, mediante un estudio profesional, la posible existencia de alteraciones naturales, las mencionadas líneas, corrientes de agua, entre otras alteraciones.
Radiaciones fuera
Las radiaciones artificiales de alta y baja frecuencia también son susceptibles de perjudicar nuestra salud. No podemos verlas pero nuestro cuerpo las nota a corto, medio y largo plazo.
Las radiaciones de baja frecuencia se encuentran en la instalación eléctrica de la vivienda, transformadores, electrodomésticos, mantas eléctricas…
Las de alta frecuencia necesitan el aire para transmitir información, por ejemplo el sistema wifi, teléfonos inalámbricos, antenas de telefonía, teléfonos móviles, radares, vigila-bebés, etc.
Aplicado a nuestro dormitorio, lo ideal es que la cama no esté situada en una pared donde al otro lado haya electrodomésticos, transformadores, aparatos electrónicos, etc.
Evitar que el cableado eléctrico de los mecanismos pase en horizontal justo por el cabezal.
Disponer de una buena toma a tierra nos permite derivar a tierra las corrientes erráticas, además de brindar protección de los circuitos eléctricos y, sobre todo, aporta protección a las personas que puedan estar en contacto con ellos.
Wifi fuera
Algunas costumbres que favorecen nuestro descanso son desconectar el wifi del router por las noches, o poner el móvil en modo avión, y lo más alejado posible de nuestra cama.
Es fundamental conseguir que el dormitorio sea un lugar únicamente para el descanso y, por lo tanto, evitar aquellos aparatos que puedan interferir en él como televisores, ordenadores, estaciones meteorológicas, radiodespertadores, etc.
Nos queda mencionar el campo magnético terrestre, el que nos permite encontrar el norte a través de una brújula y que algunos animales utilizan como guía para su orientación.
La Tierra genera corrientes eléctricas que van desde el Polo Sur magnético hacia el Polo Norte magnético, por este motivo se suele recomendar que el cabezal esté orientado a norte o, en su defecto, a noreste o al este, para seguir la dirección de estas corrientes. Aunque habría que estudiar cada caso particular, ya que hay otros factores a valorar.
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Los productos de limpieza
Para finalizar, se debe contemplar la limpieza del dormitorio. Los productos de limpieza son causa de muchos de los numerosos tóxicos que se encuentran en el aire de nuestra estancia.
Para no añadir más elementos nocivos con la limpieza de pavimentos, cristales, polvo, etc., debemos optar por productos naturales o ecológicos que nos garanticen la menor carga nociva para nuestra salud. El agua, el vinagre de manzana, el bicarbonato, el limón y los aceites esenciales son suficientemente aptos para poder limpiar todos los elementos de la estancia.
Para limpiar el polvo bastaría con un paño húmedo y de este modo no esparcir, sino atrapar las partículas.
Para eliminar la suciedad del suelo es conveniente hacerlo con una aspiradora con filtro HEPA que garantiza la aspiración de partículas muy pequeñas.
Conclusión
La información anterior ofrece una guía a grandes rasgos para hacer de tu dormitorio un lugar más saludable y salud del sueño Aunque siempre habrá que valorar cada caso de forma particular y personalizada.
Los colores Los colores influyen en nuestras emociones y afectan a nuestro estado de ánimo. Es importante conocer cómo nos afectan para introducirlos y ayudar a un estado favorable para el sueño: Blanco: pureza, calma, tranquilidad, frialdad... Negro: elegancia, frialdad, tristeza... Rojo: energía, pasión, ira, peligro... Naranja: dinamismo, alegría, confianza... Amarillo: orden, calidez, ansiedad, vitalidad...… Azul: paz, calma, tranquilidad... Verde: salud, bienestar, relajación...
Silvia Ramos, es arquitecta con Máster en Bioconstrucción IEB, Especializada en Diseño Interior por el IEB y educadora infantil. Fundadora del Estudio ENA arquitectura saludable, de asesoramiento y proyectos de interiorismo online y/o presencial, con el objetivo centrado en crear espacios más saludables. https://enaarquitecturasaludable.com/
Artículo publicado en el nº 76 de la revista EcoHabitar en invierno 2023. Puedes adquirir un ejemplar en papel aquí.