Cuando viví en la isla de Bali, Indonesia, aprendí y apliqué su filosofía de vida: Tri Hita Karana. No se trata de una filosofía para una élite ilustrada, sino de una filosofía para todos, adoptada por todas las personas de la comunidad más cohesionada que he visto nunca.
La traducción literal es aproximadamente: «las tres causas del bienestar, la felicidad y la prosperidad». A saber:
- Armonía entre nosotros y los Dioses (o el Universo).
- Armonía entre nosotros, los seres humanos.
- Armonía entre nosotros y la naturaleza.
Siempre se consulta a la naturaleza antes de construir y modificar la tierra. Por ejemplo, antes de talar un árbol se pide permiso al propio árbol. Como procedimiento, se celebran una serie de ceremonias hindúes balinesas por la tierra, para establecer la armonía entre el medio ambiente, los seres humanos y los dioses.
El espíritu del lugar
Demos un paso atrás, hace más de 2.000 años, en la religión clásica romana, el genius loci era el espíritu protector de un lugar. El genius loci es el genio de ese lugar que los antiguos reconocían como la naturaleza esencial con la que el ser humano tiene que lidiar para vivir en él. Pero, hoy, ¿dónde vivimos y quiénes somos?
Para entender el exterior hay que ver el interior, para entender el interior hay que ver el exterior. Con la urbanización, la globalización, el déficit de naturaleza y la pérdida del auténtico espíritu de nuestros lugares, hemos perdido nuestra brújula interior. Estamos experimentando una falta de contacto con nuestra esencia, nuestra verdadera naturaleza, nuestra biofilia. Pero podemos reconectar con nuestras antiguas raíces profundizando en ellas. Volver a centrarnos en la esencia única de nuestros lugares y estableciendo una conexión con su genio único ¿Cómo hacerlo?
Stephen Kellert (2008) ya nos lo adelantó. Su legado científico nos da una indicación precisa: lo que hace que los lugares fascinen, se amen y se recuerden es su espíritu único. El espíritu del lugar se manifiesta a través de la unión exitosa de la cultura y la ecología en un contexto geográfico específico.
El espíritu del lugar implica un nivel de compromiso y significado con el entorno natural y construido. Estos lugares dan espacio y sostienen la cultura humana y la ecología a lo largo del tiempo, es un diseño atemporal. Un ejemplo de ello es la Escuela Verde de Bali donde he tenido el privilegio de trabajar y vivir. Lo que más llama la atención del espíritu de este lugar es su conexión material con la naturaleza. Aquí, con un procesamiento mínimo, IBUKU ha utilizado el bambú para crear una conexión geográfica distinta y reflejar la ecología local. Al imitar a la naturaleza, el diseño del corazón de la escuela inspira una cultura de creatividad y arte localizada.
Tanto es así que ganó el Premio de Diseño Biofílico Stephen Kellert (2019), que reconoce el legado de Kellert como pionero en la articulación y aplicación de los principios de diseño biofílico en el entorno construido. De hecho, los lugares biofílicos están profundamente arraigados en su ecología local y tienen un espíritu distintivo. Los lugares biofílicos son lugares que no podrían haberse construido en otro lugar.
Lo que está fuera, también está dentro
Por ello, las Escuelas Verdes en Sudáfrica, Nueva Zelanda y Tulum son todas diferentes e incorporan el espíritu único de sus lugares. Lo que está fuera, también está dentro. En estas comunidades la gente es feliz, creativa, colaborativa y comprometida con la Tierra.
Otros ejemplos son las numerosas ecoaldeas de todo el mundo, que experimentan con formas regenerativas de convivencia. Todas las ecoaldeas tienen un espíritu de lugar distinto. La Red Mundial de Ecoaldeas inspira, nutre y promueve el futuro regenerativo por el que todos luchamos. A pesar de ser comunidades pequeñas, las ecoaldeas desempeñan un papel fundamental en el mantenimiento de la cultura humana y de la ecología a nivel mundial.
Algo más allá de nosotras mismas
Los beneficios del genio de la naturaleza son tan importantes que Terrapin Bright Green1 (2020) añadió «Wonder», “el Asombro, la Maravilla”, como decimoquinto patrón a sus reconocidos 14 patrones de diseño biofílico (2014). La experiencia del asombro, a través de la naturaleza, tanto en los lugares naturales como en los construidos por el hombre, aumenta el comportamiento prosocial y proambiental, así como la felicidad, y reduce el estrés.
Mejorar el espíritu de nuestros lugares es una forma de integrarse con algo más allá de nosotros mismos y el diseño centrado en el ser humano. Como defensores de los principios biofílicos debemos respetar nuestros lugares, escuchando su genio de la naturaleza y dando voz a su ecología.
* Rita Trombin es Psicóloga Ambiental y Living Future Member. Una membresía que apoya su desarrollo profesional y anuncia su compromiso de crear un Living Future, avanzando juntos en el conocimiento crítico, fortaleciendo la comunidad local de construcción ecológica.
1. Terrapin Bright Green es una firma de consultoría de sostenibilidad comprometida con la creación de un mundo más saludable.
Artículo publicado en la revista EcoHabitar Nº 73 Primavera 2022