EcoHabitar

EL PORTAL DE REFERENCIA EN BIOCONSTRUCCIÓN

El Koan de Fukuoka. Una permacultura más profunda

La historia que nos contamos a nosotros mismos sobre el nacimiento de la razón humana, es que emergió del mundo crepuscular en el mito de la antigua Grecia hace 2500 años.

¿Qué nos aportan las enseñanzas de Fukuoka?. Hoy día, esa razón humana europea se ha extendido y ha transformado el mundo entero.

Es una buena historia, estrechamente vinculada a la visión religiosa que nos dice que, a través de nuestra razón, dada por Dios, podemos coger este “mundo caído” y perfeccionarlo.

Sin embargo, a día de hoy, ¿podemos honestamente seguir manteniendo esa creencia ingenua como visión racional? Estas últimas décadas han aportado pruebas irrefutables de que el mundo se está muriendo a causa de nuestra razón –algo perfectamente expresado por Rachel Carson en el libro de 1962, “Primavera silenciosa”, en el cual expone que el uso de plaguicidas en el medio-oeste norteamericano había diezmado poblaciones de aves- y nuestros intentos racionales para detener o ralentizar esta destrucción han fallado y, donde quiera que miremos la velocidad de destrucción va en aumento.

Desde que los primeros lanzamientos espaciales a la luna enviaron fotos de nuestro Planeta Azul en contraste con la infinitud del espacio iluminado por las estrellas, no podemos dejar de ver su belleza, pero tampoco podemos evitar ver su fragilidad. Del mismo modo que somos conscientes del progreso tecnológico expresado en nuestra capacidad para tomar esas fotos, también debemos preguntarnos porqué esa misma tecnología está destruyendo la Tierra.

Lo llamamos progreso e insistimos en que, a pesar de la destrucción, pronto un avance tecnológico va a resolver nuestros problemas. Sin embargo, vemos que cada solución tecnológica se convierte en un problema con la necesidad de una solución, la cual, a su vez, se convierte en un problema con la necesidad de una nueva solución… y así creamos un círculo vicioso. Esta es la paradoja de la razón humana, un enigma que debemos resolver, un koan de este mismo instante.

Un intento bienintencionado

La permacultura es solo uno de muchos intentos bienintencionados para resolver algunos de los problemas que enfrentamos hoy día. Si miramos más de cerca su visión fundacional, tal vez podamos descubrir dónde recae el problema real. La crítica que viene a continuación no pretende desmoralizar a los muchos proyectos y personas maravillosas que están en el movimiento de la permacultura ya que, como espero demostrar, solo mirando más profundamente puede surgir algo, no algo nuevo quizá, sino algo que está siempre presente pero oculto bajo la incesante actividad de nuestras vidas.

Se identifica a sí misma como una alternativa holística basada en la Teoría de Sistemas, una alternativa a las técnicas convencionales que se desarrolla a través de un proceso consciente de diseño que integra todos los factores relevantes necesarios para el establecimiento y desarrollo de un lugar.

Fue concebida en el fermento radical de los Movimientos de Liberación de los 60 y maduró en medio del fracaso de la Revolución Verde. Con independencia de  los aspectos culturales, es vista por sus practicantes como una alternativa a las tecnologías destructivas, especialmente en la agricultura, durante el siglo XX.

La expresión pura de la razón humana

Bill Mollison, el hombre responsable, más que cualquier otro, de la difusión y popularización de la permacultura, describe su visión fundadora de este modo:

«Sí, Naturaleza, estoy hablando de la Naturaleza. En realidad, Dios se perdió en algunas cosas. Así, en noviembre de 1959, hice una nota en mi diario y eso es lo que yo llamo el principio de la permacultura. Decía, «Creo que podría construir un sistema que funcione mejor que este que estoy viendo”. Entrevista “Seeds of Change”.


Te puede interesar: Conferencia de Bill Mollison en la Universidada de las Naciones Unidas


¡Es una concepción valiente! De hecho es difícil encontrar un ejemplo mejor de nuestro enfoque racional. Con independencia de que entendamos el mundo como creado por Dios o bajo las Leyes Físicas de la Naturaleza, defiende que, a través del uso de la razón, podemos hacerlo mejor que la Naturaleza.

No sería exagerado afirmar que tal perspectiva no solo es uno de los fundamentos de la permacultura, sino también de nuestro mundo tecnológico moderno, que ahora no es otro que el mundo globalizado. Como tal, a pesar de sus pretensiones alternativas, parece ser simplemente parte de la manipulación racional humana en curso, que controla el mundo. 

No rechaza ninguna tecnología específica, ni rechaza cualquiera de las ciencias humanas que han tenido tanto éxito en el diseño de las tecnologías con las que ahora podemos demoler montañas y desaguar mares. Como muestran las palabras de Mollison, en lugar de ser una alternativa a la forma en que los seres humanos se acercan al mundo, la permacultura es la expresión pura de la razón humana utilizando el conocimiento humano para imponer un diseño humano a la Naturaleza.

La filosofía de trabajar con y no contra la Naturaleza

En la introducción al libro “Permacultura II” de 1979, Mollison hace un intento de expresar la filosofía de la permacultura: «Tal vez Fukuoka, en su libro “La revolución de una brizna de paja”, ha declarado mejor la filosofía básica de la permacultura. En resumen, se trata de una filosofía de trabajar con y no contra la Naturaleza; de la observación prolongada y reflexiva en lugar del trabajo prolongado y sin pensamientos; y de ver las plantas y los animales en todas sus funciones, en lugar de tratar cualquier área como un sistema de un solo producto».


Te puede interesar: Masanobu Fukuoka. De la “agricultura natural” al “reverdecer”


Lo cual suena bastante razonable hasta que nos preguntamos si los seres humanos funcionamos “con la naturaleza», si esta se beneficia de nuestra «observación reflexiva”, y por qué los animales y las plantas son vistos como «funciones» con «productos» para los seres humanos y no fines en sí mismos. 

El principio de la «nada» de Mu

Curiosamente, la respuesta a estas preguntas no viene en un análisis racional más profundo de esta filosofía, sino en el descubrimiento de que estas no son las palabras, y mucho menos la filosofía de Masanobu Fukuoka. Lo que se revela en cambio, es el «uso» humano hecho de un recurso, la sabiduría espiritual oriental es tanto un recurso como el petróleo o la madera. Este enfoque instrumentalista ve la Naturaleza como un recurso para ser explotado para beneficio humano sin tener en cuenta el significado intrínseco de la cosa misma.

Esta es la forma en que Fukuoka describe la filosofía de la fundación de la Agricultura Natural con sus propias palabras; «Yo había estado luchando con el sentido de la vida y la humanidad cuando una noche la verdad vino a mí en un instante. Vi de pronto que la Naturaleza es algo asombroso que no puede ser nombrado. En ese instante, comprendí el principio de la «nada» de Mu. Esto es lo que más tarde dio a luz a mi método de Agricultura Natural, pero al principio fui totalmente absorbido por la convicción de que no hay nada en este mundo, que el hombre debe vivir solo de acuerdo con la Naturaleza y no tiene necesidad de hacer nada”. La senda natural del cultivo, 1985.

Fukuoka esparciendo semillas.

Te puede interesar: La agricultura natural de Masanobu Fukuoka y Emilia Hazelip


Mejorar el mundo con la permacultura

En permacultura utilizamos nuestro conocimiento con el fin de mejorar el mundo para nuestro beneficio, mientras que en la Agricultura Natural el mundo es siempre suficiente y nuestro trabajo no es transformarlo, sino transformarnos conformándonos con su despliegue. Como Fukuoka dice claramente: «La Agricultura Natural no habla sobre el crecimiento de los cultivos, sino sobre el cultivo y el perfeccionamiento del ser humano».  La revolución de una brizna de paja, 1975.

Si tomamos la pista ofrecida por el concepto de «observación» de Mollison, irónicamente, puede que sea posible descubrir el primer paso de un camino con el que salir de la prisión que hemos construido desde nuestra limitada razón humana, y experimentar una razón más amplia encarnada en la vida del mundo mismo.

El célebre poeta de haiku, Basho, dice; «Del árbol de pino, Aprender del pino, Y del bambú, Aprender del bambú». La aparente simplicidad de estas palabras tiene que ser cuidadosamente atendida. Para Basho no significa que debamos observar el árbol de pino con cuidado y mucho menos quiere decir que debamos estudiarlo científicamente. La intención de estas palabras es animarnos a entrar en el modo de ser del mismo pino y desde allí entender el pino. El conocimiento de la Naturaleza es que no hay nuevos conocimientos para adquirir, sino un nuevo modo de comprenderla. Si pudiésemos dar este salto de confianza entonces veríamos que la gran razón de la Naturaleza también puede ser llamada sabiduría.

Dejar que las cosas sean lo que son

El estudio científico afirma que para comprender el pino o el bambú tenemos que reducirlo  a sus componentes de manera que se convierta en una cuestión de biología, que reduciéndolo aún más se convierte en una cuestión de química, y reduciéndolo a sus partículas constituyentes se convierte en una cuestión de física. La sugerencia es clara: si queremos saber, hay que reducir el mundo a los hechos, que luego utilizamos en las teorías para manipularlo en nuestro provecho. La razón humana nos indica que renunciemos al sentido de las cosas para controlarlas. Francis Bacon dijo que debemos «poner la naturaleza en una estantería»; ¡y eso es precisamente lo que hemos hecho!

Sin la interferencia de la razón el poder de la Naturaleza se libera. Al dejar que las cosas sean lo que son, se abre un camino fuera del pensamiento representacional, lo que nos conduce lejos de nuestra destrucción racional de la Tierra. Precisamente de esta manera se expresa la Agricultura Natural.

He pasado muchos años en la práctica y enseñanza de la Agricultura Natural y todavía estoy sorprendido por la confusión que causa. Sin embargo, ¿qué podría ser más simple que una aproximación a la agricultura que elimina la necesidad de arar, fertilizar, desherbar o utilizar productos químicos? Lo que es sorprendente es que se requiera a alguien como Fukuoka para revelar lo que está a la vista de todos: 

  • La naturaleza hace crecer las plantas, y no los seres humanos.
  • Ninguna semilla es tan débil que no pueda crecer en un suelo sin arar.
  • Un terreno abandonado se vuelve más fértil cada año.
  • Un árbol abandonado a sí mismo conoce mejor cómo crecer.
  • Muy pocas técnicas agrícolas son realmente necesarias.

La escuela de una sola espada

Sin embargo, hoy día, las técnicas agrícolas se han multiplicado sin número, pero esto no es solo una cuestión de la agricultura convencional, como explica Fukuoka: «La agricultura orgánica mejorará parcialmente el suelo, pero requiere mucho trabajo para tan poco resultado, y me he dado cuenta de que cuando se mira desde una perspectiva macro, es un método agrícola que se traduce en una pérdida y es una rama de la agricultura científica que está vinculada a la destrucción del mundo«. El ultimátum de Dios/Naturaleza, 1996.

Podemos llamar a la agricultura convencional la “escuela de muchas espadas”; mientras que la Agricultura Natural sería la “escuela de una sola espada”. Sin embargo, hay una verdad todavía más profunda y aún no revelada inherente a la Agricultura Natural, la “escuela sin espada”. Cuando rompemos con nuestra razón humana descubrimos que no somos algo distinto de la gran razón de la Naturaleza, y actuamos sin esfuerzo en un contexto siempre cambiante de un mundo en constante cambio. Es esta la “escuela sin espada” que Fukuoka nos ha legado en la actualidad.

Hace ya más de 40 años desde que Fukuoka escribió “La Revolución de una brizna de paja”, y casi tanto tiempo desde que la permacultura nació. Hemos necesitado todos estos años para ver que, a pesar de todos nuestros esfuerzos, todavía nos falta algo. Pero cuando el peligro crece, también crece el poder de salvarnos. Tal vez es solo ahora, al entrar en la era del rápido cambio climático, que podemos sentir el corazón vivo de la filosofía verde de Fukuoka.

La decepción de Fukuoka

Fukuoka mismo sentía una gran decepción y una sensación de fracaso personal en su incapacidad para conseguir que la gente viera la perfección inherente de la Naturaleza, expresó su decepción en la Convención Internacional de Diseñadores de PC en 1986: «Envidio que la permacultura esté sucediendo en todo el mundo. No existe ningún grupo de trabajo para perfeccionar la Agricultura Natural y existen muchos grupos en contra».

Sin embargo, si tomáramos las palabras de Mollison cuando decía que Fukuoka expresaba mejor la filosofía de la permacultura, ¿qué podríamos lograr?

La escuela sin espada

“La escuela sin espada” concuerda con la Naturaleza, y sin parecer que hace, todo queda hecho. Si esta manera de ver se convirtiera en la visión permanente de la permacultura,  la indivisibilidad intrínseca de la red de la vida se convertiría en el centro del proceso de diseño y cada vez más se podría volver a la gran razón de la Naturaleza.

La perspectiva de una permacultura más profunda es lo que ha inspirado la redacción de este artículo y los cursos que ofrezco este año. Es utilizando la elegante sencillez de la ventaja de Fukuoka en las técnicas de la Agricultura Natural, las adaptaciones de clima templado de Emilia Hazelip en su Agricultura Sinérgica, el cultivo de cereales de Marc Bonfils, los bosques comestibles y la preparación y uso de Bombas de Semillas en todos los aspectos de la agricultura y en proyectos de reforestación de amplia escala, que la Permacultura Profunda toma forma. No se debe a ninguna técnica o método, sino a la idea de que la “escuela sin espada” resuelve la paradoja de la razón humana, creo que ha llegado la hora de Fukuoka.


Artículo aparecido en la revista nº 51, otoño de 2016. Puedes comprarla aquí


Contenidos relacionados

  1. Masanobu Fukuoka

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

¿Te gustó este artículo?
¡Apoya a EcoHabitar!


Suscríbete al boletín


 

ANUNCIO
escudos térmicos by Mateu Ortoneda escudos térmicos by Mateu Ortoneda escudos térmicos by Mateu Ortoneda
ANUNCIO

Categorías

Síguenos

Tu tienda0
Aún no agregaste productos.
Seguir viendo
0