Eretore , un edificio para la Comunidad Masai, es una escuela de preescolar y preprimaria que acoge a cien estudiantes de dos comunidades masais: Arkaria y Lendikinya, en Arusha. Está gestionada por la Fundación Carpio Pérez y la Asociación local Eretore, dos entidades sin ánimo de lucro que proporcionan educación de calidad y dan apoyo a comunidades deprimidas en Tanzania. Trabajan con especial atención en el desarrollo y mejora de las condiciones socio-económicas de la mujer masai, en especial de las viudas y sus hijos.
El vínculo profesional con los promotores fue fruto de la casualidad durante mi primera estancia en Tanzania, en el año 2010. Aquel viaje a África supuso un punto de inflexión en el planteamiento de mi profesión; me permitió descubrir medios de construcción primitivos, así como el uso óptimo de los recursos y alejarme de las tecnologías complejas –y no ecológicas– a las que estaba acostumbrada. Posteriormente, esta experiencia me impulsó a fundar, junto a Ángel Estévez, la empresa de bioconstrucción modular Casa S-low.

Condiciones del lugar
Arkaria es una pequeña aldea masai, del distrito de Monduli, a unos 42 km de Arusha. Solo se puede acceder a ella por una pista sin asfaltar, a 7 km hacia el norte desde la carretera que comunica Arusha con Dodoma, y no dispone de ningún tipo de infraestructura (agua, electricidad, saneamiento…).
El diseño arquitectónico en el lugar debe tener en cuenta diversos factores que influyen de manera determinante en cualquier construcción. Nos encontramos a 1.500 m de altitud, el clima es templado y cálido, con saltos térmicos que alcanzan los 20 °C. La zona es muy seca, exceptuando las dos épocas de lluvias -abril y noviembre-. Los vientos de sureste soplan cada noche con una velocidad de hasta 22 km/h. El paisaje cuenta con escasa vegetación, y la poca que crece se la come el ganado.

Exigencias del encargo e intenciones de proyecto
En tres meses debíamos construir un espacio de comedor (con cocina y zona de almacenaje) de unos 100 m2 para 100 usuarios con un presupuesto de 14.000 € y con la participación de la comunidad masai.
Nuestra idea inicial plantea el proyecto como la primera de las edificaciones de un complejo que dé servicio a la escuela y a la comunidad, inspirándonos en los conjuntos tradicionales masais, llamados Manyattas1.
Teniendo en cuenta estas premisas, junto con los condicionantes del lugar y nuestra filosofía de trabajo, tomamos las siguientes decisiones:
- Uso y revalorización de los materiales locales (km 0).
- Utilización de materiales fáciles de manipular.
- Sistema constructivo fácil de entender.
- Fomento del know how.
- Un espacio seguro e higiénico.

Sistema de encofrado y proceso del tapial.

Nuestras estrategias de diseño y bioclimáticas
Las estrategias para el desarrollo del proyecto fueron principalmente dos: de diseño y bioclimáticas.
Diseñamos un espacio diáfano y abierto, que incorporaba el espacio exterior, mediante grandes oberturas. El edificio se planteaba seguro, elevado, para impedir el acceso de animales, y con un patio protegido gracias a su posicionamiento respecto a la escuela. Era importante que fuera un lugar simbólico, con presencia y atractivo, que otorga un estatus a las actividades que se desarrollaran en su interior. Otro de los puntos relevantes era la integración paisajística, mimetizar el edificio con el entorno mediante el uso de tierra del lugar y minimizar el impacto de la reflexión de la cubierta de chapa.
Las estrategias bioclimáticas que tuvimos en cuenta fueron: la orientación y la protección solar, la ventilación natural cruzada, la inercia térmica, una gran cubierta y la protección de las lluvias. Por la proximidad de la zona al ecuador, donde el sol a media mañana es completamente vertical, era necesario diseñar un gran alero de cubierta para garantizar sombra en el espacio público exterior de reunión y, a su vez, proteger de las intensas precipitaciones. Asimismo, esta gran cubierta, invertida y aerodinámica, permitiría la máxima captación de agua para su almacenaje, y la protección de los vientos dominantes de sur. Las oberturas se orientan al norte, hacia la montaña sagrada de Ol Doinyo Lengai, donde los masais suelen ubicar las puertas de las edificaciones. El edificio se cierra a sur con muros de gran inercia. También queríamos asegurar una buena ventilación cruzada del interior de la sala, de la cubierta de chapa y del forjado sanitario.
Bioconstrucción modular
Además, nos pareció adecuado, en un hábitat poco antrópico como el de Arkaria, utilizar el SBM S_Low. Este sistema de bioconstrucción modular es una innovación de la tecnología constructiva tradicional formada por la unión de un entramado de madera (estructura) y un muro de tapial (cerramiento). Utiliza materiales tradicionales y naturales en un sistema modular, estandarizado, riguroso y rápido de ejecutar. La innovación reside en el encofrado, que está vinculado a la estructura y es móvil. La estructura forma parte del encofrado (encofrado perdido), permitiendo un uso polivalente de materiales.

El programa funcional
El programa se desarrolla en un volumen único de 108,85 m2 separado en dos estancias: una para el comedor, sala de reuniones o biblioteca; y otra, situada en un lateral, para cocina y zona de almacenaje. Ambas con acceso independiente desde el exterior y separadas por un muro pasa-platos. El edificio cuenta con un pequeño porche de acceso de 19,60 m2.
La puesta en obra
Defiendo la idea de que el éxito del trabajo colaborativo depende de un compromiso individual por parte de cada uno de los miembros del equipo, y de su participación activa en cada fase del trabajo. Por esa razón me desplacé al lugar de ejecución e hice una inmersión en la comunidad masai durante los meses que duró la construcción.
Debido al reducido tiempo de ejecución del que se disponía, la logística fue uno de los mayores desafíos. El pragmatismo y la flexibilidad en el proceso de diseño hicieron posible la construcción del edificio con recursos muy ajustados: siete trabajadores, un pequeño generador y un taller para el pre montaje de los módulos de estructura en el lugar del proyecto. Para un buen entendimiento con los trabajadores y la comunidad fueron básicos dibujos, una maqueta de detalle (manipulable y desmontable), un diccionario español-suajili y un traductor suajili-masai.
La ubicación final del edificio fue largamente debatida entre los líderes masais de la comunidad y los responsables del centro escolar. Después de estudiar las condiciones del solar, propusimos ubicarlo orientándolo a norte, enfrentado a la escuela, a unos 50 m.



El proceso constructivo
La estructura descansa sobre una cimentación de tipo ciclópeo, construida con piedras extraídas del acondicionamiento del camino principal. Con ello, redujimos costes e invertimos el dinero en la comunidad.
Los módulos de entramado que forman la estructura –de dimensiones: 1.2 x 2.5 m para los muros, y 1.2 x 3.15 m para los forjados– están compuestos por un panel de madera, arriostrado por un marco de pequeñas escuadrías. A pesar de que Tanzania sufre graves problemas de deforestación (y de que la mayor parte de la madera proviene de talas ilegales) toda la madera utilizada es local y de explotación forestal sostenible2.
Los trabajos de madera se ejecutaron en cinco días: comenzamos con el montaje del forjado sanitario, continuamos levantando los muros, primero las esquinas y luego el resto de módulos, hasta cerrar el perímetro. Por último, cerramos la estructura de entramado con el montaje del forjado bajo cubierta. Todo quedaba trabado para resistir los esfuerzos de cargas verticales y horizontales.
Para optimizar las vigas partimos la crujía en dos módulos. Eso nos permitió usar perfiles más pequeños, más económicos y más fáciles de manipular.
Sobre el forjado se construyeron las cerchas, las correas y la chapa ondulada galvanizada, que rigidiza la cubierta. El conjunto se arriostró con tornapuntas en las cerchas de los testeros. Cabe decir que el edificio resistió a un sismo de 4.6 acompañado de un pequeño tornado que derribó la iglesia y cinco casas próximas a la escuela.
Cerramiento exterior
Acabada la estructura iniciamos la ejecución del cerramiento exterior, un muro de 50 cm de tapial: tierra comprimida, en este caso, con pisón manual. El muro de tierra confiere estabilidad al entramado de madera, a la vez que proporciona inercia térmica, aislamiento, regula la humedad interior y protege de las inclemencias externas.
Mientras se construía la estructura realizamos algunos ensayos para la caracterización de la tierra. Como los muros no eran estructurales, bastó con los tests organolépticos. La mezcla final fue la unión de dos tierras: una proveniente de la cimentación, Black cotton soil3; y otra, laterítica, procedente de un talud a unos 5 m de la escuela. Economizamos estabilizando la mezcla de tierras con un 5% de cemento en las caras exteriores del muro. Para evitar fisuras de retracción, añadimos también a la mezcla fibras naturales (excrementos de burro y vaca) que nos proporcionaban las mujeres de las Manyattas cercanas.
Las instalaciones
El sistema permitió construir el muro de tapia mientras se realizaban el resto de trabajos en la cubierta y dentro del edificio, como las carpinterías y el equipamiento interior. Era importante la implementación de sistemas de instalaciones y procesos fácilmente reproducibles por la comunidad, que ayudaran a mejorar las condiciones de salubridad en sus hogares.
El edificio no dispone de ningún tipo de electricidad, para la iluminación se aprovecha la luz solar mediante ventanas elevadas en todo el perímetro. El comedor permanece abierto desde la salida hasta la puesta del sol. Cuenta con dos cocinas ecológicas eficientes que consumen muy poca leña. El sistema de abastecimiento de agua proviene de la recolección de lluvia en cubierta. El agua se almacena en un tanque de 5000 l y desde este, por gravedad, se deriva a un punto de suministro a la cocina. El agua para consumo pasa previamente por filtros cerámicos, una tecnología de bajo coste, alternativa a los procesos habituales de potabilización. La escasa agua desechable se vierte al exterior y se filtra de manera natural al terreno a través de un pozo de arena y gravas, al no existir red de saneamiento.


Conclusión
Em trabajo en este edificio para la Comunidad Masai ha sido una experiencia muy enriquecedora a nivel profesional y personal. Con Eretore constatamos que es posible construir edificios seguros, sostenibles, económicos y saludables en lugares con pocos recursos.
Hemos priorizado el método de producción del proyecto y su construcción, por encima del objeto arquitectónico en sí. Trabajamos de manera simple y pragmática, abordamos los proyectos siempre desde el contexto y las necesidades reales. Esto tiene que ver con la forma en que concebimos el desarrollo; no necesariamente tiene que ser llamativo para ser de alta calidad.
Por otro lado, debemos asumir que algunas cosas no salieron como planificamos: el retraso de la época de lluvias, la ausencia extrema de recursos, la calidad de los materiales, así como la propia naturaleza de la comunidad masai dificultaron el trabajo; hasta el punto de tener que parar la obra en diversas ocasiones. Estos puntos serán motivo de reflexión para mejorar el proceso en futuros proyectos.
Tanzania ha sido el primer impulso para dar una perspectiva global al sistema S-Low. De aquí han surgido otros proyectos, que se desarrollan en la actualidad, y con los que esperamos modestamente poder contribuir a la difusión de la bioconstrucción.
Ficha técnica
Proyecto / obra: Eretore, comedor, cocina, aula y biblioteca para una escuela. Ubicación: Arkaria. Monduli. Arusha. Tanzania. Superficie construida: 108,00 m2. Promotores: Fundación Carpio-Pérez. Asociación local Eretore. Fondos: Junta de Castilla y León. (Microacciones en el exterior) Presupuesto: 14.319,84 € / 30,850.06 Tzs. Ejecución: 5 meses (diciembre 2013- abril 2014). Sistema constructivo: SBM Casa S-Low. Entramado de madera y tapial. Equipo técnico: Casa S_Low. info@casaslow.com www.casaslow.com. Constructores: Robert, Ema, Luis. Comunidad masai de Arkaria. Proveedores: Tembo Chipboard. Sartaj Hans, Watoto foundation. Materiales locales: 50% km0 / 30% 40 km / 20% 300 km. Energía consumida: 50.00 MJ. Emisiones de CO2: No emisiones: 4177 Kg (cemento, grava, transporte, gasolina, acero) -18770 KG CO2 eq (madera).
(1) La Manyattas son asentamientos temporales formados por un clan de la tribu masai. Construidas por círculos de viviendas hechas de ramas y rodeadas por empalizadas llamadas Bomas. Los habitáculos se construyen con estructura de ramas y cerramiento compuesto de piedras, excrementos de animales, paja y barro.
(2) Usambara Cypress Company, es una compañía subsidiaria de Tembo Chipboards que Explota las plantaciones de ciprés y pino, en las montañas de Usambara (al noroeste de Tanzania), y asegura el cumplimiento de los más altos estándares ambientales.
(3) Black cotton soil es un suelo arcilloso típico del trópico, con alto componente orgánico y alto grado de expansividad.
Artículo aparecido en la revista EcoHabitar nº 45 de primavera de 2015