No resulta fácil hablar de líderes y liderazgo cuando todavía mucha gente reacciona con una emoción intensa al escuchar esas palabras. Algunos han sufrido directamente las acciones de malos líderes (principalmente jefes o superiores en cargo) y todavía arrastran dolor y resentimiento, otros se oponen ideológicamente a su misma existencia apostando por grupos y proyectos sin líderes, los hay quienes aspiran a serlo y no saben muy bien cómo hacerlo recurriendo a subterfugios y manipulación, y sólo unos pocos se sienten a gusto con un rol que saben jugar bien. Tampoco desde la ciencia del liderazgo ha habido consenso en cuánto al significado de este término, sus características definitorias, su influencia en los grupos y su forma de emergencia. En la actualidad se va conformando poco a poco una teoría del liderazgo que, basada en la perspectiva de los sistemas dinámicos complejos, va encontrando respuestas capaces de reconciliar todos los datos dispersos hasta la fecha1. En esta revisión sistémica, las aportaciones de la psicología evolutiva2 son fundamentales para comprender cómo el fenómeno del liderazgo emerge en la especie humana y qué determina exactamente a un buen líder. A ello se dedica este artículo que presentaremos en dos partes.
¿Qué no es un líder?
Quizá sea oportuno dejar claro desde el principio que liderazgo no es ejercer un poder para forzar a otros a hacer lo que se quiere, ni tampoco es un rasgo propio de algunas personas que habrían nacido con él. Liderazgo no es equiparable a dominación ni un asunto de cualidades innatas. El liderazgo como dominación es una teoría clásica según la cual en todo grupo humano emergen jerarquías de dominación como resultado de la competición entre sus miembros por recursos escasos. Aquellos miembros que tienen más éxito que otros en acceder a esos recursos acaban teniendo más rango y dominando el grupo. Los individuos de más rango no dependen de los demás para conseguir lo que quieren, mientras que los de bajo rango dependen de los primeros para conseguir recursos básicos para su existencia (protección, alimentos, pareja…). De esta manera, dice esta teoría, los individuos de alto rango se convierten en líderes y dominadores, y los demás en seguidores.
Liderazgo y dominación
Sin embargo, Mark Van Vugt (2006) nos recuerda que, aunque esta teoría encaja bien con lo que ocurre en el mundo animal, y con una forma de liderazgo visible en grupos humanos probablemente desde el inicio del neolítico cuando aparecen jefes, reyes y señores de la guerra, no es sin embargo compatible con otros muchos fenómenos relacionados con el liderazgo. Tampoco es la forma de liderazgo habitual en el largo periodo en el que la humanidad vivió en pequeños grupos de cazadores-recolectores. A lo largo de la mayor parte de la historia humana, señala Van Vugt, las jerarquías se han basado en el prestigio y no en la dominación. La dominación resultaba de hecho difícil porque muchos recursos importantes sólo se podían conseguir mediante la cooperación y una vez conseguidos no podían ser monopolizados por una sola persona. Además, los individuos podían decidir no seguir a alguien que abusaba de ellos y abandonar el grupo o poner otro líder en su lugar. Van Vugt afirma también que, según estudios recientes, la relación entre liderazgo y dominación es casi nula. Tanto líderes como seguidores pueden ser personas dominantes de acuerdo con varias escalas de personalidad. Y es raro que los seguidores acepten ser liderados por personas dominantes. Sólo en casos de extrema necesidad es posible que ocurra algo así. De lo contrario lo habitual es que los seguidores se resistan y utilicen su capacidad de influencia para cambiar a un mal líder.
¿Qué es liderazgo?
Desde una perspectiva evolucionista se entiende el liderazgo como una estrategia adaptativa de coordinación social. Cierto que el liderazgo, como fenómeno grupal, incluiría una diferencia en la capacidad de algunas personas para influir sobre otras, pero siempre con la intención de alcanzar objetivos comunes, compartidos por líderes y seguidores, y siempre como resultado de un proceso dinámico en el que todos los miembros del grupo interactúan entre sí para coordinar sus acciones en pos de dichos objetivos. Según esta teoría no hay líderes a priori, cualquier persona puede jugar un rol que emerge en el propio proceso grupal, aunque evidentemente algunas personas, dada su personalidad, tienen más posibilidades que otras. Para ser precisos, habría que decir que el líder es un rol más del campo grupal, un rol que aparece cuando se dan las circunstancias adecuadas, y que pueden jugar una o más personas. La función de este rol sería presentar y sostener iniciativas que pudieran servir al grupo en la consecución de sus objetivos.
Notas
1.- Véase el número monográfico de la revista The Leadership Quarterly (2007), dedicado al tema del liderazgo y la complejidad.
2.- Véanse, entre otros, los artículos Evolutionary Origins of Leadership and Followership, en Personality and Social Psychology Review (2006, vol. 10)), escrito por Mark Van Vugt, y Leadership, Followership, and Evolution. Some Lessons From the Past, en American Psychologist (2008, vol. 63, n. 3), escrito por Mark Van Vugt, Robert Hogan y Robert B. Kaiser.
Bibliografía
- Forsyth, Donelson R. (2010) Group Dynamics. Wadsworth.
- Isaacs, William (1999). Dialogue: The Art of Thinking Together, Crown Business.
- Scharmer, Otto (2009). Theory U: Leading from the Future as It Emerges, Berrett-Koehler Publishers.
- Van Vugt, Mark (2006) Evolutionary Origins of Leadership and Followership, en Personality and Social Psychology Review, vol. 10.
- Van Vugt, M., Hogan, R. y Kaiser, R.B. (2009) Leadership, Followership, and Evolution. Some Lessons From the Past, en American Psychologist, vol. 63, n. 3.
- Wheatley, Margaret J. (2006) Leadership and the New Science. Discovering Order in a Chaotic World, Berrett-Koehler Publishers.
Artículo publicado en la revista EcoHabitar nº 40 en invierno 2014. Puedes conseguir un ejemplar en papel o en eBook aquí.