¿Quién lo diría? Pues sí, qué mejor que lo que podemos hacer es tocar con las manos para integrarlo en nuestro conocimiento.
Además, las niñas y niños aprenden jugando, es una realidad.
¡¡¡Las emociones en un taller de cocina!!! Probar las recetas…, nos gustan… o no, la responsabilidad de recoger después de acabar, el compartir la receta con los compañeros y compañeras, tantas cosas que nos llevan a ver que el currículum escolar se puede dar de forma que agrade a los niños y niñas.
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Hay existencias
Autor | Maria Niubó Caselles |
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Portada | Ver portada |
Editorial | EcoHabitar |
Año | 2019 |
Idioma | Castellano |
Encuadernación | Rústica |
Nº de páginas | 79 |
Tamaño | 19,5 X 19 |
Blanco y negro / Color | Color, fotografías, recetas |
¿Quién lo diría? Alimentando nuestros corazones en la escuela. Pues sí, qué mejor que lo que podemos hacer es tocar con las manos para integrarlo en nuestro conocimiento.
Además, las niñas y niños aprenden jugando, es una realidad.
Hace seis años, en el curso 2013-2014, propuse mi primer taller de alimentación en la escuela de Olba. Fue una experiencia fantástica, ver cómo los niños y niñas probaban los alimentos que les traía, los tocaban, ver sus caras de expectación, cómo iban aprendiendo cosas que por su edad parecía que no correspondía, pero les interesaba… cómo hablando de la importancia del agua aprendían qué es una molécula de agua, …
Los talleres de cocina…, allí la implicación de la familia era importante, así como el elegir una receta que le gustase al niño/niña que le tocaba el taller ese mes.
¡¡¡Las emociones en un taller de cocina!!! Probar las recetas…, nos gustan… o no, la responsabilidad de recoger después de acabar, el compartir la receta con los compañeros y compañeras, tantas cosas que nos llevan a ver que el currículum escolar se puede dar de forma que agrade a los niños y niñas.
En el Aula de Olba, en el momento de escribir el libro, se hacían talleres de cocina un viernes de cada mes, en un taller han llegado a participar 4 familias. Con todos los talleres realizados un montón de recetas recopiladas.
El curso 2017/2018, a raíz de un comentario de Cecilia, la profe de música, me planteé recoger todas las recetas en un libro.
El comentario me llegó bien adentro, lo propuse a la asamblea de la Comunidad Educativa Marina, les pareció bien. Seguí con los preparativos del libro buscando aliados, como Vero Tapia, realizando los dibujos ilustrativos y Toni Marín, maquetando el libro.
Y aquí tenemos este libro con muchas de las recetas que se han ido cociendo en los bajos de nuestra escuela de Olba. En un espacio improvisado pero muy agradable y cerca de nuestro huerto ecológico para recoger algunos de los ingredientes necesarios para las recetas.
Para los talleres no vale cualquier receta porque implica que tienen que poder conservarse 2 días, ya que el domingo siguiente al taller de cocina, los niños y niñas ponen un puesto en el mercadillo mensual que se hace en Olba, donde venden las recetas elaboradas.
Alimentando nuestros corazones en la escuela es la aplicación de la vida real en la escuela, la miniempresa Lusanai Olba, de los niños y niñas de primaria.
La alquimia de la vida mediante unas recetas de cocina
Maria Niubó
Nos sentimos parte de un grupo con un objetivo común
Delfi Ruíz
Breves notas sobre alimentación
Fotografías
Recetas
¿Quién lo diría? Pues sí, qué mejor que lo que podemos tocar con las manos para integrarlo en nuestro conocimiento.
Además, las niñas y niños aprenden jugando, es una realidad.
Hace seis años, en el curso 2013-2014, propuse mi primer taller de alimentación en la escuela de Olba. Fue una experiencia fantástica, ver cómo los niños y niñas probaban los alimentos que les traía, los tocaban, ver sus caras de expectación, cómo iban aprendiendo cosas que por su edad parecía que no correspondía, pero les interesaba… cómo hablando de la importancia del agua aprendían qué es una molécula de agua, …
Los talleres de cocina…, allí la implicación de la familia era importante, así como el elegir una receta que le gustase al niño/niña que le tocaba el taller ese mes.
¡¡¡Las emociones en un taller de cocina!!! Probar las recetas…, nos gustan… o no, la responsabilidad de recoger después de acabar, el compartir la receta con los compañeros y compañeras, tantas cosas que nos llevan a ver que el currículum escolar se puede dar de forma que agrade a los niños y niñas.
En el Aula de Olba, en el momento de escribir el libro, se hacían talleres de cocina un viernes de cada mes, en un taller han llegado a participar 4 familias. Con todos los talleres realizados un montón de recetas recopiladas.
El curso 2017/2018, a raíz de un comentario de Cecilia, la profe de música, me planteé recoger todas las recetas en un libro.
El comentario me llegó bien adentro, lo propuse a la asamblea de la Comunidad Educativa Marina, les pareció bien. Seguí con los preparativos del libro buscando aliados, como Vero Tapia, realizando los dibujos ilustrativos y Toni Marín, maquetando el libro.
Y aquí tenemos este libro con muchas de las recetas que se han ido cociendo en los bajos de nuestra escuela de Olba. En un espacio improvisado pero muy agradable y cerca de nuestro huerto ecológico para recoger algunos de los ingredientes necesarios para las recetas.
Para los talleres no vale cualquier receta porque implica que tienen que poder conservarse 2 días, ya que el domingo siguiente al taller de cocina, los niños y niñas ponen un puesto en el mercadillo mensual que se hace en Olba, donde venden las recetas elaboradas.
La aplicación de la vida real en la escuela, la miniempresa Lusanai Olba, de los niños y niñas de primaria.
Poner precio a lo que han elaborado con sus manos y después van a vender junto a otros comerciantes profesionales.
La gestión de los gastos e ingresos, la preparación de un viaje con los beneficios de Lusanai Olba.
La posibilidad de conseguir los ingredientes de las recetas más próximos y ecológicos. Cultivar sus productos en su huerto.
Todo esto y mucho más lleva la realización de un taller de cocina en el Aula de Olba.
Nos quedan nuestras experiencias, nuestros conocimientos adquiridos, la complicidad con las niñas y niños, las risas, los enfados, la colaboración, la empatía de unas familias, maestras y lo más importante, nuestras niñas y niños amasando su vida en una simple masa de harina, agua y… mucha magia. Con el acompañamiento siempre atento de la Comunidad Educativa Marina.
Me gustaría dar las gracias a la «Comunidad Educativa Marina» de Olba por todo lo que me ha aportado, en estos casi siete años de participación en la Escuela de Olba.
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