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Editorial | EcoHabitar |
Año | 2018 |
Idioma | Castellano |
Encuadernación | Grapado |
Nº de páginas | 64 |
Tamaño | 21 X 29,6 cm |
Blanco y negro / Color | Color, fotografías, gráficos, ilustraciones, tablas… |
Editorial
Toni Marín
Actualidad
Encuentro de balas de paja
Pilar Valero
Novedades
Proyecto bio
Una casa en Galicia, entre bosques, de piedra y cob
Mateu Ortoneda
La bioconstrucción alcanza el ámbito del acondicionamiento de locales
Miguel Martinez de Morentin Morras
Técnica constructiva
Bóvedas sin cimbra. Un recurso ecológico
Guillermo Vázquez Guillamet
Encuentro de Terra Ibérica 2018
Elisabetta Carnevale y Fabio Gatti
Construcción de un anexo con bloque de tierra-paja
Álvaro Rodríguez Gil
Decoración
Diseño biofílico
Mar Lamarca
Permacultura
La evolución de la cultura permanente
Juan Pedro Franco
Secciones fijas
EcoHabitar responde
Sonia Hdez-Montaño Bou
Desde la trinchera
Mateu Ortoneda
Ecohabitantes
Borja Izaola
Crónica aldeanas
Alfonso Flaquer
Entidades
Instituto Español de Baubiologie
Global Ecovillage Network
Dosier
Depuración de aguas. Métodos. Soluciones
David Sánchez y Pau Arqués
Depuración mediante sistemas naturales en Plà de la Calma, en el Parque Natural del Montseny
David Sánchez
Agenda
Tienda EcoHabitar
Direcciones de empresas y profesionales
Colaboran en este número:
Pilar Valero Peiró, Rita Trombin, Instituto Español de Baubiologie, Sonia Hdez-Montaño Bou, Mateu Ortoneda, Borja Izaola, Guillermo Vázquez Guillamet, Mar Lamarca, Miguel Martinez de Morentin Morras, Elisabetta Carnevale, Fabio Gatti, Álvaro Rodríguez Gil, Juan Pedro Franco, Francesca Whitlock, Alfonso Flaquer.
Fotos e ilustraciones:
Manuel Alamar Cort, Raúl Torrent, Mateu Ortoneda, Guillermo Vázquez Guillamet, David Sánchez, Pau Arqués, David Sánchez, Miguel Martinez de Morentin Morras, Elisabetta Carnevale, Fabio Gatti, Construcciones Maroba, Juan Pedro Franco, GEN Europe, Archivo EcoHabitar.
Editorial
Es desalentador ver que, a estas alturas y ante los titulares que estamos viendo estos últimos días en los que los científi cos alertan de que los efectos del cambio climático son más graves y extensos de lo que se creía y que las consecuencias van a llegar antes y en mayor medida, todavía gran parte de la sociedad occiden-
tal continúa con sus derrochadores e irresponsables hábitos de vida, ignorando la necesidad de actuar sin pérdida de tiempo, al mismo tiempo que los políticos a los que votan siguen sin tomar medidas drásticas.
Tenemos claro que discutir si existe o no el cambio climático es un debate bi-
zantino, tenemos claro que debemos hacer algo tanto para frenarlo como para mitigarlo, incluso nuestros políticos se pusieron de acuerdo en un Protocolo de Kioto (iniciado en 1997), y en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030, que aún falta dilucidar cómo implementarlos.
La cuestión es: si tenemos claro que hay que tomar partido e implicarse, ¿qué estamos haciendo realmente para actuar en consecuencia?
Parece que existe la idea entre la población no negacionista (por ejemplo, en EE.UU. el 68%1 cree que es producido por la actividad humana) de que los cam-
bios climáticos globales no nos afectan directamente, y que en cambio sí afectan a las plantas, a los ríos, a los hielos, a las generaciones futuras y a los osos pola-
res. Y este es el mito a derrumbar porque la realidad es que sí nos está afectando directamente. Y afecta a nivel económico de una forma cada vez más aguda.
Todos los sectores de la economía, del agua, de la nutrición, salud, cultura, edu-
cación, pesca, agricultura, infraestructuras, transportes están cambiando ya y la adaptación, reparación y adecuación a estos cambios va a costar mucho dinero.
Según el informe climático más importante realizado en Estados Unidos2, esta adaptación al cambio climático puede suponer cerca del 10 por ciento del PNB para el año 2100 en este país, según comentó la científi ca Katharine Hayhoe, Directora del Centro para la Ciencia del Clima de la Universidad Texas Tech.
Los científi cos saben que el precio a pagar, pongamos el ejemplo de EE.UU., por cumplir el acuerdo de París y limitar el calentamiento global a menos de 2 grados en este siglo, asciende a un 20 por ciento del PNB de un año; entonces, si se diseña una política a veinte años vista, ese coste es asumible: un 1 por ciento cada año3.
Y otra vez estamos ante la idea de a la ecología por la economía, ¿no os suena de algo?
Por otra parte, tras 16 años, hemos cambiado el diseño de la revista y algunos contenidos y formatos. Sentimos la necesidad de reinventarnos sin perder nues-
tras señas de identidad para seguir siendo útiles a nuestras lectoras y lectores, a la vez que necesitamos hacer frente al reto de cada día de sobrevivir económica-
mente en un mundo en el que los hábitos de lectura van mermando. Sentimos la necesidad de agradecer a las personas fi eles que nos han seguido, sin ellas esta aventura no habría sido posible, aunque también es cierto que necesitamos llegar a más personas para que este proyecto sea viable. Y en eso estamos.
Bioconstrucción y arquitectura regenerativa