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Editorial | EcoHabitar |
Año | 2020 |
Idioma | Castellano |
Encuadernación | Grapado |
Nº de páginas | 64 |
Tamaño | 21 X 29,6 cm |
Blanco y negro / Color | Color, fotografías, gráficos, ilustraciones, tablas… |
Noticias
Aprovechar la energía solar en comunidades.
Autoconsumo colectivo una opción inteligente. Por Aurora Blanco.
Productos más duraderos.
Proyectos de Som Energia para democratizar el modelo energético, Barrio de 50 casas sociales impresas en 3D en México.
Las rehabilitaciones con SATE hacen viviendas más eficientes.
Cooperativa Els Cireres.
Distrito Natural.
Tecla: Un hábitat natural impreso en 3D.
Novedades
Secciones fijas
EcoHabitar responde. Por Sonia Hdez-Montaño Bou.
Desde la trinchera. Por Mateu Ortoneda.
Ecohabitantes. Por Borja Izaola.
5G, Por Alfonso Flaquer.
Proyecto bio
Casa Medusa y Casa Boomerang. Por Iñaki Alonso Echevarría.
Reviva. Recuperar la memoria de un espacio. Por Alejandra Calabrese.
Técnica constructiva
Técnica del cosido para cortinas de caña. Por Voltes, cooperativa d’arquitectes.
Zero Waste Space, del concepto residuos a la casa regeneradora. Por Sonia García.
Terrritorio
La bioconstrucción en el reequilibrio territorial. 1ª Parte. Por Alba Fuertes Latasa.
Ecodiseño
¿Diseño y edificación para un mundo mejor? Por Rita Trombin.
Cultura regenerativa
Adaptación profunda al imparable cambio climático. Por Mónica Cuende Lozano.
Radiaciones
Protegernos de las radiaciones. Por Alberto Bacigalupe.
Dosier
Aerogeotermia blanda con intercambiadores tierra-aire en la climatización.
La energía geotérmica como fuente de ahorro.
Ejemplo de vivienda unifamiliar. Por Ismael Caballero.
Editorial
La idea de la Adaptación Profunda que propone Jem Bendell, que Mónica Cuende expone y analiza en este número de EcoHabitar(1), puede que nos ponga los pelos de punta, pero a estas alturas, creer que no va a ocurrir y seguir escondiendo la cabeza debajo del ala, es una grandiosa falta de responsabilidad para las generaciones que nos van a preceder (nuestros hijos, nietos y los que vengan después) ya que si no hacemos nada contundente se van a encontrar con un planeta inhóspito y complicado para la vida humana.
Es clamorosa la cantidad de datos empíricos de los que disponemos, que no voy a mencionar en este texto por no cansar a nuestrxs lectorxs, que llevan a una interpretación de diferentes escenarios en los que esta civilización, tal y como la conocemos, se derrumba para dar paso a otro modelo de plena supervivencia. A eso se le llama, por cierto, pasar factura.
Adaptarse a este gran cambio de las condiciones climáticas, sociales, económicas y políticas es de lo que habla la Adaptación Profunda, y considera que estamos ante un problema irresoluble. Nada puede hacerse ya para evitar el colapso de nuestra civilización. Y este tendrá como consecuencia la ruptura del acceso a los elementos básicos de la vida humana: alimentos, agua, techo, vestido…
Creo que estamos mareando la perdiz y no estamos afrontando el problema con la contundencia necesaria. La gran mayoría de la población todavía vive en la inopia(2), sin ser conscientes del problema, hipnotizados por unos medios que deliberadamente ocultan este modelo de vida depredador; presionados, a su vez, por una industria irresponsable con una sola razón de ser: conseguir dividendos para sus accionistas y que estos millonarios puedan construirse sus refugios «antifindelmundo»(3).
Otro grupo son las personas que siendo conocedoras de la que se avecina, o que intuyen la insostenibilidad del sistema, viven metiendo la cabeza bajo el ala, y cuando les preguntas qué hacen ante la emergencia climática contestan con un «hago lo que puedo». Eso sí, siguen viajando en avión, comprando en el Carrefour, cambiando de móvil cada año y solo se esfuerzan en aquello que les viene a mano, y solo si se puede realizar con el mando a distancia o el ratón. A estos últimos me gustaría decirles que se parasen un momento a reflexionar y que piensen lo que van a decir a sus descendientes; ¿será un «hice lo que pude sin levantarme del sillón»? Por cierto, amable lectora o lector, calcula tu huella ecológica y si esta es más de 2 t de CO2/año eres de esta clase de persona, o casi. Cambia tu vida, por favor…
“Quien piense que puede haber crecimiento infinito en un planeta con recursos finitos debe de ser o un loco o un economista” – Sir David Attenborough
Por Toni Marín.
Bioconstrucción y arquitectura regenerativa