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Reforma. Convertir un local impersonal en un espacio acogedor y confortable

¿En casa del herrero cuchillo de palo?

Esta es la pregunta que nos hacen muchos clientes y colaboradores sobre nuestro entorno de trabajo. Y nos gratifica poder responder con un gran… ¡No!  

Es importante disfrutar de un lugar que nos permita demostrar que con pocos elementos un local impersonal e ineficiente se puede transformar en acogedor y confortable, que ayude en nuestro rendimiento diario y que estimule la creatividad y el disfrute. 

Cuando decidimos trasladar nuestro estudio a un espacio algo más grande, había varios factores a valorar por nuestra parte como la cercanía a nuestro hogar y al colegio de nuestra hija, además de los puramente comerciales como la calle en la que nos queríamos ubicar, que cuenta con múltiples comercios y servicios de sectores afines al nuestro.

Elegir el lugar

A la hora de elegir el lugar en el que queremos trabajar creemos necesario tener en cuenta varios parámetros:

La proximidad

Muchas veces se olvida la calidad de vida que supone poder llegar al trabajo caminando o ir al colegio con nuestros hijos de la mano sin tener que coger el coche. 

En este momento vivimos en Madrid, en el centro de la ciudad y no queremos contribuir a la sobresaturación de coches con la que nos encontramos aquí. Por eso, tanto en nuestro anterior estudio como en el actual uno de los parámetros más importantes era poder ir y volver caminando de casa al trabajo y al colegio. El recorrido diario que prácticamente todos los que tenemos hijos y que vivimos en grandes ciudades hacemos, debería tomarse como punto de partida a la hora de buscar nuestro lugar de trabajo.

Seguramente sea más complejo para las grandes compañías, en las que hay un número considerable de empleados con sus hogares en múltiples destinos. En cambio, para las empresas como la nuestra es muy fácil, supone una calidad de vida personal maravillosa y una contribución a la reducción de contaminación que vale la pena tener en cuenta. 

Luz y calor natural

Queríamos utilizar al máximo la energía solar directa y ofrecer a todo el equipo un lugar luminoso y confortable, sin tener que utilizar la iluminación artificial durante todo el día y la mínima energía eléctrica para la calefacción en invierno.

Iluminación

Contamos con una gran fachada orientada al sur que aporta luz natural a lo largo de todo el día y prácticamente en toda la superficie del local, y calor del sol en la temporada de invierno. 

Este asoleamiento ha sido un recurso valioso en relación al consumo que se generaría con la luz artificial.

Para complementar la luz natural, todas las lámparas en el local disponen de bombillas Led de alto rendimiento y con una temperatura de color neutra de 4000 k. 

Calor

La fachada también ha sido valiosa para el ahorro energético y económico de la calefacción. Pero tiene el inconveniente del calor que incide a través de la superficie acristalada en la temporada de verano. 

Soluciones

Estudiamos dónde aplicar recursos, tecnologías y materiales eficaces para mejorar las características del local, y consideramos:

  • Carpintería exterior.
  • Cerramiento y acristalamiento.
  • Protección del sol en verano.
  • Calefacción.
  • Iluminación natural.
  • Aislamiento de techo y paredes.

Mejora térmica

Para combatir el calor reemplazamos la carpintería exterior (que solo contaba con un pequeño perfil de hierro y un vidrio simple) por un nuevo cerramiento con acristalamiento con mejora solar: Aislaglas Climaguard de 6 mm, cámara de aire de 18 mm y doble lámina de vidrio 4+4 Guardian Sun. 

Para complementarlo y como primera barrera, se ha colocado un toldo a lo largo de toda la fachada.

Se ha aislado todo el falso techo técnico, trasdosando todo el perímetro. 

Con las intervenciones mencionadas conseguimos una gran mejora térmica en el interior y para cada estación del año.

En verano se apoya con la instalación de dos ventiladores en las salas principales; permite disfrutar de una temperatura de confort sin necesidad del aire acondicionado que el local ya tenía instalado.

El aislamiento de techos y paredes aminora el consumo necesario para la calefacción del local, que se consigue solamente con tres radiadores eléctricos. 

Dos de ellos se han reciclado de una de nuestras obras, se limpiaron y se revisaron comprobando que su funcionamiento era correcto, y conseguimos un rendimiento estupendo. El tercero es un nuevo emisor de fluido azul.

Con éstas pequeñas mejoras nuestro consumo en los meses de mayor frío es mínimo. 

Adecuar el tamaño a nuestras necesidades

Cuanto más metros cuadrados, más energía es necesaria, tanto para enfriar como para calentar, con lo que la sobredimensión del espacio que realmente se necesita es, bajo nuestro punto de vista, un gran error que se comete a menudo en el momento de elegir un local o, incluso, una vivienda.

Estudiamos los metros cuadrados que considerábamos adecuados para cada uso y espacio. Ni mucho más, ni mucho menos. 

Una vez conseguido el local en cuestión y teniendo en cuenta la inversión que queríamos hacer, decidimos darle prioridad a algunas de las cosas que consideramos importantes, aparte de las que fundamentales comentadas.

El suelo

Decidimos una tarima de pino local machihembrada de 14 mm, instalada sobre una lámina aislante, tratándola con barniz ecológico de la marca BONA, acabado “White” que otorga una sutil pátina blanqueada.

El mobiliario

Reutilizamos las mesas de trabajo y prácticamente el resto del mobiliario que teníamos en el anterior estudio.

Para la mesa de reuniones decidimos restaurar unas patas desechadas encontradas en la calle y que teníamos guardadas para alguna ocasión especial. Diseñamos un nuevo sobre de madera y estamos encantados con el resultado. 

Como estantería para las muestras y división de espacios, reorganizamos unos módulos descartados de uno de nuestros diseños (estantería modular MAYA), que también teníamos guardados para poder reutilizarlos en la ocasión apropiada. Reconvertir objetos y muebles, darles un nuevo uso antes de desecharlos y alargar su vida, permite desarrollar la creatividad; os animamos a hacerlo siempre que tengáis ocasión.

Para el almacenaje utilizamos unos armarios modulares básicos eligiendo puertas de espejo que prolongan la profundidad del local y amplifican su luminosidad. 

Hemos reservado un pequeño espacio de juego para acoger tanto a nuestra hija como a los hijos de personas que vienen a nuestro estudio. Los niños son siempre bienvenidos y ya tienen su “Rincón de Crear”.

El aseo

Como puerta de acceso restauramos una puerta recuperada de la demolición, convirtiéndola en corredera para optimizar el espacio, tratándola con el barniz “White” que iguala con el acabado del suelo.

Se colocaron aparatos sanitarios básicos y un pequeño termo eléctrico con termostato que permite regular la temperatura para optimizar el consumo dependiendo de la estación en la que nos encontremos. Asimismo, se ha colocado un interruptor que independiza su encendido y que permite mantenerlo apagado en los meses mas cálidos en los que no es necesario. 

Como recurso decorativo os animamos a usar los dibujos de vuestros hijos colocándolos a modo de collage. Así lo hemos hecho en el aseo, y como podéis  ver el resultado es divertido y, sobre todo, único. 

Purificación del aire

Contamos con varias plantas naturales que nos acompañan a diario. Es bien sabido que ayudan a oxigenar los espacios y regulan la humedad. Evitando que se sequen las mucosas. 

También ayudan a reducir el polvo y la polución y pueden contribuir a amortiguar el ruido. Y tienen una función estética y decorativa que proporciona bienestar, mejorando la creatividad, el rendimiento y la concentración en el trabajo. 

Punto limpio

Como no podía ser de otra forma hemos reservado un pequeño espacio para ubicar nuestros contenedores de reciclaje y se pueden organizar hasta en los lugares más pequeños. Para nosotros no hay excusa para no tenerlo. 

Hemos transformado nuestro estudio fácilmente y con un coste muy reducido. Esperamos que os animéis a mejorar vuestros espacios. Vosotros mismos y las personas que colaboran con vosotros os la agradecerán. Estamos seguros de ello. γ

Alejandra Calabrese es Arquitecta de Interiores, diseñadora y artista plástica. Julio Muñoz es jefe de obra, experto en bioconstrucción. Hace 7 años formaron equipo y emprendieron su proyecto común “Sucursal urbana universo Sostenible“, dedicado a la creación de espacios personalizados. Aplican rigurosos criterios de sostenibilidad, eficiencia energética, reciclaje y bioconstrucción, para habitarlos de la forma más saludable posible para las personas y el planeta.

Artículo aparecido en la revista EcoHabitar nº 59 en otoño de 2018.

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